Galicia busca una nueva hoja de ruta para no convertirse «en un país para viejos»

Yolanda Díaz, Méndez Romeu y Xavier Vence lanzan propuestas para el futuro de la comunidad, que pierde población activa y se aleja de la convergencia con Europa; Pedro Puy ve en los primeros presupuestos expansivos de la Xunta desde 2009 el camino a seguir

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«Con la participación de todos podemos abordar seriamente un proyecto colectivo ambicioso, de largo plazo, difícil en todo caso. No hacerlo es aceptar que Galicia será un país para viejos, tranquilo y alejado de los países dinámicos, de los retos y del futuro».

La invitación es del portavoz parlamentario del PSdeG, José Luis Méndez Romeu, una de las plumas que hilvanan el Anuario del Foro Económico de Galicia, publicación que a través de 17 autores crea una agenda de propuestas para diseñar el futuro de la comunidad tras el fin de la recesión económica.

Quiebra con Europa

Y el futuro es incierto. El optimismo «moderado» de las cifras macroeconómicas convive con un proceso de desertización en el rural, con la debilidad de la demanda interna y con la pérdida de población activa, que se redujo en 75.000 personas desde 2008.

A esto se suma que la crisis se llevó por delante la convergencia con Europa. Jorge González Gurriarán, Catedrático de Organización de Empresas, lo explica claramente:

«Aunque disminuyamos el déficit y elevemos el ritmo de crecimiento económico, no es suficiente para que nuestra posición en PIB per cápita respecto a la media de la UE se mantenga o mejore (…) Galicia llegó al 92% de la media de la UE allá por 2008 y, en la actualidad, estamos en el 83%».

2.000 millones más

¿Qué hacer? ¿Cómo concretar e incluso superar las perspectivas de crecimiento? «Necesitamos recuperar por lo menos 2.000 millones en los recursos presupuestarios gestionados por la Xunta para iniciar el cambio en la estructura y modelo productivo», dice Yolanda Díaz, diputada de En Marea.

Para Díaz, uno de los grandes problemas de la etapa de recesión en Galicia fue lo que llama «austericidio», el estrechamiento del gasto público para cumplir el déficit que provocó una reducción de 2.662 millones desde 2009 en los presupuestos de la Xunta.

«En un país en construcción, con un débil estado de bienestar, se necesita un fuerte impulso de capitalización para modernizarse y crecer», escribe.

El tamaño sí que importa

El crecimiento del 2,1% del PIB gallego, según el IGE, y el cumplimiento del déficit auguran un futuro más cómodo para la Administración, que gana margen para aumentar su gasto. Pero aún teniendo los 2.000 millones adicionales que reclama Yolanda Díaz, la pregunta sería qué hacer con ellos, cuál es el proyecto de futuro.

La diputada de En Marea tiene dos prioridades claras. Un plan industrial que tenga como ejes a las empresas, las universidades y los centros tecnológicos; y una «reforma empresarial» que permita a las sociedades incrementar su tamaño.

«Las empresas grandes son las que tienen mayor productividad, las que desarrollan más proyectos de I D y las que son capaces de exportar más».

La idea de Díaz está presente en la mayoría de análisis del Anuario del Foro Económico. Galicia es un mercado pequeño y es necesario abastecer la demanda interna, pero «el futuro del sector industrial pasa obligatoriamente por su expansión a otros mercados», insiste Díaz. 

El papel de Abanca

Curiosamente, Yolanda Díaz y Xavier Vence, economista y ex portavoz nacional del BNG, coinciden en dos propuestas. Es necesario cambiar el modelo energético priorizando el desarrollo de las renovables y salvando el parón que provocó la reforma eléctrica. Vence apunta que es una de las pocas líneas en las que los intereses de Galicia coinciden con la estrategia energética de la UE.

Ambos coinciden también en buscar fórmulas que palíen la desaparición de las cajas gallegas y el proceso de concentración bancaria. De lo que se deduce que en modo alguno confían en que la actividad de Abanca sea suficiente para la dinamización económica.

«Urge una acción decidida del Gobierno gallego para recerar nuevas entidades de crédito y banca pública que canalicen una parte del ahorro hacia la financiación de proyectos empresariales y públicos de Galicia (…) Es necesario reforzar, redimensionar y diversificar todos los instrumentos de capital riesgo para que permitan, entre otras cosas, optimizar los Fondos Estructurales de la UE», explica Vence.

El modelo mediterráneo

El ex portavoz nacional del BNG ve un problema en el modelo de desarrollo económico. Galicia no puede vivir del turismo ni de la construcción. Ambas áreas se antojan limitadas. En el primer caso, por el clima; y en el segundo, por la crisis demográfica.

Vence apuesta por la industria, la internacionalización y la tarifa eléctrica gallega, que premie la mayor producción y menores costes de generación y distribución de Galicia, lo que no sólo supondría un alivio para la factura de la luz de los hogares, sino también un elemento atractivo para la industria en un momento de «deslocalización» de parte del tejido produtivo.

«Es necesario derogar la ley de unidad de mercado que trata de impedir todo tipo de regulación favorecedora de las empresas del territorio», asegura.

El economista también habla de la necesidad de la innovación y el valor añadido, reseñando especialmente las excelentes características de la comunidad para el desarrollo de la agricultura ecológica.

La periferia de la periferia

La interpretación de José Luis Méndez Romeu es distinta. El portavoz parlamentario del PSdeG concibe el papel de las administraciones como facilitadores, creadores de espacios que permitan a la ciudadanía el emprendimiento y el desarrollo empresarial. Pero no oculta que existe un abandono de sectores con fuertes potencialidades, como puede ser el forestal y el alimentario.

«Si somos periferia de la perifera, si tenemos dificultades para captar inversión, si no atraemos inmigrantes pero producimos emigrantes, no podemos esperar. Nuestro futuro, como sucede en tantos países de pequeño tamaño, está en el exterior», concluye Méndez Romeu.

El camino correcto

En el PP están contentos, pero no son inconscientes. Están satisfechos, pero no conformes. Pedro Puy, portavoz parlamentario del Partido Popular, reconoce que se agudizaron problemas que ya existían antes de la crisis, como el demográfico o el desajuste del sistema educativo «con las demandas de una economía abierta».

Y que a estos se han sumado otros, como el paro de larga duración y la desigualdad. Puy analiza los primeros presupuestos expansivos de la Xunta desde 2009 y concluye que, si bien son insuficientes para resolver estos problemas, también «son un paso en la buena dirección».

Los objetivos clave para las cuentas de la Xunta serían aumentar los recursos para los servicios públicos, incrementar la progresividad en materia de impuestos e incrementar el gasto e inversión para consolidar la recuperación económica.

Como matiza Puy, esta tarea también se realiza «facilitando el incremento de la renta de las familias a través de rebajas fiscales para incementar el consumo».

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