EVO corta el último lazo que lo ataba a Abanca tres años después de la venta

La marca que impulsó César González-Bueno desde la maltrecha Novagalicia pasa a operar con una plataforma tecnológica propia y abandona las instalaciones de A Coruña

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Desde este viernes, EVO Banco y Abanca sólo tienen en común el pasado. La entidad que compró el fondo Apollo por 60 millones a la antigua Novagalicia ha trasladado su plataforma informática, dejando de utilizar, tres años después de la venta, el soporte tecnológico del grupo ahora controlado por Banesco.

EVO Banco nació como una marca de Novagalicia con productos diferenciados, que tenía su su cartera de clientes y su red de oficinas fuera de Galicia, fundamentalmente en Asturias y Castilla y León, aunque carecía de ficha bancaria. En el periodo de desinversiones de la entidad nacionalizada fue vendida a Apollo, pero bajo el acuerdo de que la plataforma tecnológica no cambiaría su ubicación y seguiría gestionándose desde el centro del polígono coruñés de Pocomaco.

Este viernes concluyó el traslado en el que trabajaron ex trabajadores de la propia Novagalicia. EVO, que apenas ofrece información, asegura que la plataforma tecnológica propia «permitirá al banco desarrollar más y mejores productos para los clientes».

Otras fuentes aseguran que lo que busca la entidad es abaratar costes y ahorrarse el pago por el uso de las instalaciones a Abanca. A finales del año pasado, EVO pactó con los sindicatos un ERE para prescindir de 135 trabajadores y 22 oficinas.

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