EVO, caso práctico de la venta acelerada de un futuro banco

A la espera todavía de ficha bancaria, NCG constituye la filial como sociedad anónima un mes después de anunciar su venta al fondo Apollo

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Caso práctico de urgencia, cuando no de precipitación, en la venta de un grupo bancario, en este caso gallego y dependiente del Estado. NCG anunció oficialmente el pasado 9 de septiembre el traspaso de EVO Banco, que calificó entonces de “filial al 100%”, al grupo norteamericano Apollo. En ese momento, anunció también que la venta se concretaría a lo largo de 2014, y daba por hecho el compromiso del Banco de España para dotar a EVO de ficha bancaria, que resulta clave para que realmente opere como tal en este país. Apenas un mes después del anuncio, el pasado 8 de octubre, NCG procede a constituir la sociedad anónima EVO Banco, señalando su comienzo de operaciones unos días antes, el 4 de octubre.

Dando la razón con hechos a quienes critican lo acelerado del proceso de venta de NCG y su grupo, cuando Bruselas concedía cuatro años más para proceder a su reprivatización, la entidad no anunció realmente la venta de un banco en septiembre, que ahora comienza a crear a través de una sociedad anónima. Ni siquiera de una “filial”, como señaló oficialmente, cuando en ese momento aseguró que Apollo pagaba 60 millones por “el 100% de EVO”. Tampoco vendió una sociedad que controlase, como ahora se encarga de demostrar el Boletín Oficial del Registro Mercantil con el anuncio de constitución de la firma y la conformación de su capital.

Solo marca y negocio

NCG traspasó a Apollo una marca, con su cartera de clientes y una red de ochenta oficinas, y sus trabajadores, que operan fuera de Galicia, Asturias y León. Y cuyos resultados consolidaban hasta entonces con NCG, a pesar de lo segmentado de su negocio, apuntalado por un millonario plan de marketing diseñado por el consejero delegado de NCG, César González-Bueno.

Lo cierto es que EVO comenzó sus operaciones el pasado día cuatro del presente mes con un capital suscrito y desembolsado de 18 millones de euros, según consta en el Registro Mercantil. Desde esa fecha, tiene objeto social: “realización de actividades, operaciones y servicios propios del negocio de la banca en general”, así como “la adquisición, tenencia, disfrute y enajenación de toda clase de valores mobiliarios”. Su domicilio, en la Rúa Nova de A Coruña, donde tiene su sede social NCG.

EVO también cuenta ya con un consejo de administración, nucleado en torno a los consejeros de NCG que no forman parte de la cuota del FROB, su propietario. Así, a José María Castellano y César González-Bueno, presidente y primer ejecutivo de la entidad nacionalizada, les acompañan en el consejo de EVO otros miembros del máximo órgano de administración de NCG: Enrique Llano Cueto, José Manuel Gabeiras Vázquez, Xabier Alkorta Andonegi, Jaime González Requeijo y Francisco Javier Rodríguez Seijo. Ahora solo falta que EVO sea realmente un banco, a expensas de esa ficha bancaria prometida, según lo anunciado, por el Banco de España.

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