España golpea al Santander con 70% menos de beneficio en el tramo final de 2015

Aunque, en el conjunto del pasado ejercicio, ganó un 18% más, el cuarto trimestre fue nefasto para el banco en España, con una caída del margen bruto del 21%, del neto en un 46% y del beneficio, de tan solo 94 millones, muy por debajo de los 311 logrados entre julio y octubre

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El Banco Santander sigue sin terminar de levantar el vuelo en España. Ana Botín, su presidenta, no se cansa de reiterar que la situación del negocio en nuestro país es buena. Y es verdad, más o menos, en términos anuales.

Poco, pero crece el crédito a empresas y pymes y también los recursos de los clientes, en torno a un 1% en ambos casos. Y también mejora el beneficio anual, un 18%, básicamente por una reducción de más de la mitad de las dotaciones, de 1.745 millones en 2014 a 992 el pasado ejercicio.

Alarmante cuarto trimestre

Pero si se observa al detalle lo ocurrido en el último trimestre, el relativo optimismo que se venía percibiendo hasta septiembre ha dejado paso a una cierta sensación de incertidumbre sobre lo que puede llegar en los próximos meses.

En los tres primeros trimestres de 2015, los márgenes, aunque con tendencia a la baja, se venían manteniendo de algún modo. En esa línea se comportaba el de interés. Iniciaba el primer trimestre en 1.371 millones y acababa el cuarto en 1.199 millones. Pero, a partir de aquí la cosa ha ido empeorando.

500 millones menos de márgenes

El margen bruto, que empezaba con brío en 2015 al elevarse a 1.749 millones, se ha dejado por el camino más de 500 millones, lo que ha provocado que el margen neto cayera de manera estrepitosa en el último trimestre de 2015, hasta 379 millones, aportando el grueso de los casi 500 millones que este margen ha retrocedido de un año a otro.

Al final, solo esa reducción de dotaciones ha permitido que el Santander en España cerrara con beneficios en 2015, con esos 977 millones de euros.

726 millones ganados en España

Si echamos las cuentas completas, añadiendo al negocio comercial el aporte de la financiera, Santander Consumer Finance, y de la actividad inmobiliaria, el resultado se queda en unas ganancias de 726 millones.

En este caso, sí, mucho mejor que el del 2014, al duplicarse ampliamente los 320 millones obtenidos entonces. A los 150 millones más obtenidos en la actividad bancaria se unen los 232 millones menos perdidos en la gestión de sus activos inmobiliarios, gracias a una menor necesidad de saneamientos, reducidos en más de un 19%.

El clavo ardiendo de la Cuenta 123

A partir de aquí, los responsables del banco, tanto su presidenta, Ana Botín, como el consejero delegado, José Antonio Álvarez, siguen confiando en que la situación del banco mejore en España.

Para ello se agarran como un clavo ardiendo a esa evolución positiva que, en la ‘guerra del pasivo’, está deparando la estrategia ligada a la Cuenta 123, que ha logrado abrir 860.000 cuentas en siete meses, de las que 50.000 son de pymes. Y, lo que es mejor para lograr esa vinculación que tanto anhelan, la captación de 237.000 nóminas desde otras entidades. Si se mantiene el ritmo de apertura de Cuentas 123, de 100.000 al mes, el objetivo es que al final de 2016 haya 2 millones.

Crédito todavía insuficiente

Respecto a la evolución del crédito en España, Álvarez volvía a poner sobre la mesa la tendencia de lo que viene ocurriendo en los últimos meses. Que, aunque la nueva producción crece «a una media del 20%, incluso por encima del 30% en el caso de los particulares, al final no se traslada al stock, al seguir habiendo una alta amortización de la cartera hipotecaria», decía el consejero delegado.

Tampoco ayudan los préstamos institucionales. «Han caído un 22% y lo van seguir haciendo mientras se mantenga el Fondo de Liquidez Autonómica», señalaba Álvarez. Al final, entre unas cosas y otras, el balance de la cartera crediticia en España cerraba 2015 con algo más de 157.100 millones de euros, un 3% menos que el año anterior.

«Números salen en Brasil», dice Botín

Al margen de la situación en España, Brasil fue el otro gran foco de atención que sobrevoló la presentación de resultados. Un mercado en el que Ana Botín sigue confiando, a pesar de las dificultades existentes.

«Sabemos que Brasil tendrá uno o dos años difíciles todavía y que nos va a seguir afectando el tipo de cambio, pero los números nos salen», señalaba la presidenta, poniendo sobre la mesa las cuentas registradas por el banco en el gigante sudamericano.

Las que, a pesar de los 3.330 millones de euros dotados, permitieron lograr un beneficio de 1.631 millones de euros. Con una mejora media del crédito en un 9%, reduciendo otro 7% el del consumo, el más problemático dada la actual situación coyuntural por la que atraviesa el país presidido por Dilma Rousseff.

Aviso a navegantes

Con la vista puesta en 2016 y en años sucesivos, la presidenta del Santander mantuvo intactos los compromisos adquiridos el pasado mes de septiembre. De superar el 11% de capital a finales de 2018 –ya hoy por encima del 10%– y de que para entonces la rentabilidad del grupo alcance el 13%, dos puntos más de los que ahora presenta.

Eso sí, Botín no niega que habrá que pelear mucho hasta entonces y concluía su intervención con un aviso a navegantes. «Con los 300 millones más de impuestos más cientos de millones de costes regulatorios, para llegar en 2016 al mismo beneficio que en 2015 tenemos que crecer el negocio recurrente», sentenciaba.

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