Escotet se queja de la lenta regulación que afecta a la banca española

El dueño de Abanca critica la demora en los procesos de aprobación de los supervisores europeos

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Juan Carlos Escotet, el banquero venezolano que compró Abanca siempre quiso gestionar una gran entidad en España. Además de diversificar el patrimonio que siempre corre riesgos en la convulsa Venezuela, era su sueño más romántico, por aquello de conquistar la tierra de los ancestros (su padre era asturiano). Pero tras sus primeros nueve meses al frente de la entidad que sustituyó a Novagalicia, Escotet está sorprendido por la lentitud de la regulación que afecta a la banca española y europea.

El banquero que debe operar en Venezuela bajo los controles del gobierno de Nicolás Maduro, y que debía asistir al palacio presidencial de Miraflores hasta de madrugada cuando recibía las llamadas intempestivas de Hugo Chávez, asegura que la regulación supranacional en Europa sufre demoras excesivas en las aprobaciones.

“El proceso de armonización que vive Europa tiene una gran desventaja y es la excesiva lentitud en la regulación. Hay que mejorar la cercanía, la regulación supranacional y las demoras en los procesos de aprobaciones. Estamos ante una regulación muy cambiante y parece conveniente que mejoren los tiempos de respuesta”, declaró este jueves el dueño de Abanca en la conferencia de la CEAL, un foro que reunió en Madrid a más de 200 empresarios de grandes empresas de América Latina.

Elogios a la formación

Después de haber invertido más de 400 millones por Abanca (todavía debe pagar otros 600 millones en cómodos plazos hasta el 2018), Escotet sólo percibe este inconveniente en su inversión bancaria en España, además de la baja rentabilidad del negocio europeo en comparación con las altísimas rentabilidades del negocio latinoamericano, precisamente por el alto riesgo. Al margen del inconveniente ya conocido y esperado, todo han sido ventajas para el banquero.

Escotet está gratamente sorprendido por la evolución de la prima de riesgo española que ha pasado de los 500 puntos básicos cuando comenzó a interesarse por el banco hasta los 130 actuales. “Eso en nuestro negocio tiene enormes implicaciones. Ha contribuido a reforzar la apuesta que hemos hecho con reactivación del crédito, menores costes operativos”, explica el banquero.

Pero la sorpresa más positiva del banquero venezolano ha sido la formación del personal. “Tienen un conocimiento del negocio fantástico. Me he encontrado con tres generaciones dedicadas por completo a la banca y ha sido una grata sorpresa”, explica Escotet.

El banquero califica su desembarco en Abanca como “técnicamente impecable”. Con el 40% de los ahorros de la zona, asegura que ya tiene un buen tamaño para competir en condiciones y preparar su expansión.

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