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Abanca, que este miércoles ha presentado resultados, apunta a la actividad comercial internacional como uno de sus puntales de crecimiento. Es por eso que su presidente, Juan Carlos Escotet, sigue «a la búsqueda de oportunidades». Latinoamérica es una zona de «gran interés» para la entidad, que ya cuenta con oficinas en países como México o Brasil, pero ahora pone el foco en Estados Unidos y también en Portugal, dos territorios que, como reconoce, forman parte de sus prioridades y en los que ya están «evaluando opciones».

Escotet, que tampoco descarta movimientos de concentración en España, señala como algo «imprescindible» a la hora de acometer operaciones de crecimiento inorgánico el hecho de que los modelos de negocio sean complementarios –Abanca se especializa en un modelo de banca minorista– y que los accionistas puedan mantener el control de la entidad resultante.

Salida a bolsa

El banco, que cerró 2017 con un beneficio de 367 millones de euros, está construyendo un equity story de crecimiento (encandenan cuatro ejercicios en positivo) que les servirá en un futuro como argumento de cara a su salida a bolsa. No obstante, Escotet ha reconocido que en un entorno de tipos bajos «no tiene sentido». Por este motivo, aplazarán el salto al parqué hasta que se produzca un cambio en la política monetaria y, llegado el momento, «se evaluará».

Lo que sí tiene claro el presidente de Abanca es que Banesco «no está en venta». Respondió así a los periodistas que le preguntaron por las amenazas del Gobierno venezolano sobre la posibile nacionalización del banco y, en este sentido, señaló que no tiene «ningún tipo de preocupación» sobre lo que pueda pasar.

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