El papa ficha a Javier Marín para enderezar las finanzas vaticanas
El financiero, ex consejero delegado del Santander, entra en el consejo del IOR, entidad salpicada por múltiples escándalos en los últimos años
Un ex alto directivo español tendrá a partir de ahora un poder inédito en las finanzas del Vaticano. Javier Marín, antiguo consejero delegado de Banco Santander, se incorpora al principal órgano de decisión del Instituto para Obras de Religión (IOR), más conocido como «banco vaticano».
En concreto, Marín ocupará uno de los asientos en el consejo de superintendencia del IOR, el «órgano responsable de la administración y la gestión del IOR», así como de la «vigilancia y supervisión de sus actividades en el plano financiero, económico y operativo».
El financiero español cuenta con una larga experiencia directiva en entidades españoles. Primero, y desde 2001, como presidente de Banif y, posteriormente, como encargado de banca privada del Santander. En 2013, Emilio Botín le eligió para suceder a Alfredo Sáenz en el cargo de consejero delegado, aunque apenas duró un año.
En noviembre de 2014, la hija del banquero cántabro, Ana Botín, lo despidió de manera fulminante: eso sí, se llevó como indemnización la reseñable cifra de 19 millones de euros.
Prácticas bajo sospecha
El «banco vaticano» lleva años en el punto de mira por sus prácticas poco cristianas, fruto de décadas de escasa transparencia en el manejo de las finanzas del Estado más pequeño del mundo. Con la llegada del actual pontífice, los jerarcas de la Iglesia Católica impulsaron la creación de varios organismos para administrar de forma «fiel y prudente» el IOR.
Sin embargo, algunos de los casos investigados siguen en los tribunales. Dentro de esta transformación, en 2014, Jean-Baptiste Douville llegó a presidencia del consejo de la entidad financiera. Junto a Marín y Douville se sentarán en el consejo el británico Michael Hintze, la estadounidense Mary Ann Glendon y el expresidente del Santander en Chile, Mauricio Larraín.
También el estadounidense Scott C. Malpass y el alemán George Freiherr, que se incorporan al consejo con Marín.
