El impacto fiscal de la independencia: más de mil millones al año en Galicia

Un pacto fiscal con Cataluña, a modo de cupo vasco y como alternativa, reduciría el coste total en un 30%, pero rompería el modelo territorial

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Poner números a la independencia de Cataluña. Ese ha sido uno de los objetivos que, desde Galicia, trazó el Foro Económico en uno de sus trabajos. El laboratorio de ideas aborda en El impacto fiscal en Galicia de los cambios en el modelo territorial uno de los escasos análisis sobre las consecuencias de la eventual independencia. Lo hace desde el plano fiscal.

La conclusión del trabajo es contundente: la independencia de Cataluña detraería entre 11.000 y 15.000 millones de euros de las cuentas públicas españolas cada año. Para Galicia, significaría, ceteris paribus, es decir, en un supuesto en el que todas las variables que pueden afectar permanecieran constantes, se reduciría la entrada de fondos entre 800 y 1.100 millones de euros. 

Cataluña no está en absoluto discriminada, pero no obtiene ningún beneficio adicional de su mayor contribución, según el informe

Los autores del análisis, Santiago Lago, catedrático de Economía Aplicada de la Universidade de Vigo y representante de la Xunta en la comisión de sabios que abordó la financiación autonómica, y Xoaquín Fernández Leiceaga, de la Universidade de Santiago y hoy portavoz del PSdeG en el Parlamento gallego, aludieron sin ambigüedades a las consecuencias de esa independencia. También a las de un pacto fiscal en toda su dimensión, estableciendo para Cataluña una suerte de cupo, al estilo vasco, y la alternativa de una reforma de mínimos, para mantener el statu quo territorial. Los tres escenarios sobre la mesa. El trabajo, publicado en 2015, tiene una triste vigencia en estos días.

La alternativa del pacto

Para ambos expertos, ni tan siquiera la propuesta de un pacto fiscal a la vasca sería viable ni solidaria. Sobre este escenario, Cataluña recaudaría todos los impuestos, entregando una cantidad en pago por los servicios que presta el Estado a sus ciudadanos. Podría, o no, incorporar una cuota de solidaridad. Pues bien, ese pacto fiscal que tan lejos queda ahora, reduciría el impacto (esos 15.000 millones anuales para España y hasta 1.100 millones para Galicia) en un 30%, aproximadamente. «Cataluña seguiría contribuyendo a la financiación de las cargas comunes y de la Seguridad Social, pero heriría de muerte al conjunto del modelo territorial español, al introducir una lógica de territorialización de los recursos contraria a los principios del modelo constitucional vigente», concluyen. 

Un pacto fiscal similar al vasco para Cataluña «heriría de muerte al conjunto del modelo territorial español»

Con la independencia, «a corto plazo estaríamos peor todos, tanto los españoles como los catalanes», aseguran de forma categórica los autores del informe del Foro Económico. El juego de la independencia no es de suma cero, aclaran. Presenta pérdidas en todos los casos. Y eso que, tras la última reforma del sistema, en 2009, Cataluña, como Madrid o Baleares, ha obtenido del sistema de financiación los mismos recursos que se derivan de sus necesidades de gasto. «No está en absoluto discriminada, pero tampoco obtiene ningún beneficio adicional da su mayor capacidad tributaria por habitante», explican, derivada de su mayor nivel de renta. Y aquí subyace uno de los problemas de fondo de ese conflicto, al menos desde el plano fiscal.

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