El FROB cuenta con los fondos buitre para “calentar” la subasta de NCG

La incorporación de última hora de tres grupos internacionales a la puja responde a la estrategia de Madrid, que busca obtener del comprador final el mayor importe posible por la entidad gallega

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¿Es habitual que el presidente de una mesa de contratación pública hable de las bondades de los concursantes antes de la apertura de plicas? ¿Está comúnmente aceptado que, de forma previa, cuando se acaba de formalizar la convocatoria, incluso se decante ante los micrófonos por uno de los oferentes? ¿Qué dirían el resto de los posibles adjudicatarios? ¿Hay juego limpio? Pues algo muy parecido a esto ya sucedió hace unas semanas, cuando el hasta ahora discreto Antonio Carrascosa, director general del FROB, máximo accionista de NCG, aludió al “espaldarazo” que representaría la adquisición de la entidad financiera gallega en manos del Estado por fondos de inversión internacionales. Ahora, según fuentes financieras cercanas al proceso, con la incorporación de última hora de hasta tres grupos internacionales más, (se da por hecho el interés de Guggenheim, Elliot, Anchorage, J.C Flowers y Wilbur Ross) alguno de ellos acreditado fondo buitre, la estrategia pasa por “calentar” la subasta con el fin de obtener el mayor precio posible, con lo que el FROB justificaría su gestión en esta operación después de sonoros fracasos pretéritos como el de CatalunyaCaixa.

¿A quién iba dirigido realmente el mensaje del director general del FROB cuando aludió a las bondades de la opción de los fondos norteamericanos? ¿A sus parroquianos? ¿A Wall Street? En el sector financiero se da por hecho que se trató de un aviso a navegantes, a la propia gran banca española, dando por oficializada la concurrencia a la puja por la entidad, inédita hasta ahora en España, de capital extranjero frente a los grandes bancos de este país. En los despachos de Caixabank, BBVA y Santander no habrán sentado nada bien las palabras de Carrascosa, decantándose por un candidato justo en el momento en el que comenzaba a circular el cuaderno de venta de NCG.

El orden de prioridades

Tampoco parecen haber encajado del todo en medios financieros las últimas incorporaciones, sobre la marcha en pleno data room, y con el cuaderno de venta de NCG circulando ya entre los interesados inicialmente (a Guggenheim se sumaron Caixabank, BBVA, Santander, Popular y Unicaja). El objetivo no es otro que intentar lograr el mayor precio por la entidad nacionalizada, como primer paso y como fórmula para lanzar el mensaje de que el Estado recupera una parte de lo invertido. A ello seguiría, según las mismas fuentes, un segundo condicionante en el que entraría la variable política, que parece minusvalorarse en Madrid: la propuesta que incorporase “compromisos añadidos” más allá de la permanencia o la vinculación al territorio, en este caso Galicia, ayudaría a salvar resistencias, pero siempre con el precio por delante en la adjudicación final. De ahí los nuevos fondos en la puja: Elliot, Anchorage, J.C. Flowers y Wilbur Ross.

El FROB no oculta que esperaba ingresar unos 1.500 millones por la subasta de NCG, que se corresponderían con el 55% del valor de la entidad en libros. Además, el Estado podría ingresar otras 300 millones por la venta de una cartera de fallidos de Novagalicia, valorada en unos 4.000 millones. Esta operación se llevaría de forma previa a la subasta de la entidad.

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