El fraude de los ‘swaps’ atrapa a grandes empresas gallegas

Bimba y Lola, Inasus o el Grupo Ulla han llegado hasta los tribunales para reclamar las cantidades desembolsadas en estos contratos de permuta financiera

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Además de las preferentes, las antiguas cajas gallegas, así como otras entidades bancarias, pusieron en práctica durante los años de bonanza la comercialización de un nuevo producto: los swaps o permutas financieras. Contratos que, sobre el papel, eran un suerte de seguros hipotecarios contra futuras subidas del euríbor o del tipo de interés del crédito.

Caixa Galicia, la entidad dirigida por José Luis Méndez, colocó estos contratos de forma masiva en el mercado a partir de 2007 bajo el nombre de hipoteca tranquila. El producto no hizo honor a su nombre ya que acabó por generar graves perjuicios económicos a sus consumidores. Al encontrarse los tipos de interés en mínimos históricos, los usuarios tuvieron que desembolsar elevados importes en forma de liquidaciones negativas.

De Bimba y Lola a los Cuiña

Los swaps atraparon a miles de pequeños clientes, aunque también las empresas se han visto afectadas. En Galicia destaca el caso de la textil de las sobrinas de Adolfo Domínguez, Bimba y Lola. A finales del pasado año, la compañía, así como otras sociedades ligadas a la familia de modistos, decidieron poner fin a dos procesos judiciales en los que reclamaban a Caixa Galicia la anulación y el pago de los intereses negativos que la caja no descontó en virtud de varios contraros de swaps.

Tras dos derrotas judiciales, las hermanas María y Uxía Domínguez decieron no seguir adelante con los litigios. Tanto Bimba y Lola, como las sociedades Paseodos SL, Curros Enríquez 1 SL e Investigación y Desarrollo de Proyectos SL suscribieron contratos de swaps con Caixa Galicia por cerca de 15 millones de euros.

Pero la textil no ha sido, ni de lejos la única empresa afectada por estas permutas financieras que ha llegado hasta la justicia. Inasus, la compañía de construcción especializada en fachadas con sede en Lalín y propiedad de la familia Cuiña también decidió litigar a causa de los swaps.

En su memoria anual correspondiente al ejercicio 2013, la compañía presidida por Eladio Cuiña Crespo, explica que mantenía en curso «un procedimiento ordinario con el objetivo de declarar la nulidad de los contratos de permuta (swaps) firmados con una entidad», cuyo nombre no especifica. En el momento de la redacción de sus cuentas anuales, Inasus reclamaba la cantidad de un millón de euros.

Problemas con la demanda colectiva

También el grupo gallego Ulla, que cuenta con diversas empresas de distribución de gasóleo, tranporte de mercancias y estaciones de servicio llevó sus swaps al juzgado. En concreto, las sociedades Ulla Oil y Ulla Cargo reclamaron al Banco Santander la nulidad y resolución de unos contratos de permuta financiera por valor de 6.731 euros y 18.931 euros. El grupo ganó el juicio en primera instancia aunque en segunda se estimó el recurso de apelación de la entidad demandada.

Más allá de las reclamaciones empresariales, este viernes decenas de afectados por la comercialización de estos productos por partede de Caixa Galicia se volvieron a concentrar delante de los juzgados. Expresan su rechazo a la decisión judicial de admitir que los demandantes y comerciales de la actual Abanca que vendieron las permutas declaren «uno por uno» en el juicio colectivo abierto por esta causa.

Iria Aguete, la portavoz de la asociación Adicae, señala que son 1.500 personas las que han demandado a la actual Abanca, un 30% de ellas de Galicia. Es un juicio que se está alargando muchísimo y está perdiendo la esencia de lo que es una acción colectiva», sostiene laportavoz de Adicae, quien ha indicado que estas personas «fueron engañadas por un hecho común, una comercialización fraudulenta».

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