El ¿error? de los comercios: limitar el uso de la tarjeta

Todavía algunos establecimientos exigen a una cantidad mínima, aunque las compras con tarjetas ya superan en España los 100.000 millones de euros

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Llegar a un bar o comercio cualquiera. Acercarse a la caja. Intentar pagar y ver que en la cartera no hay billetes ni monedas. Está vacía. Por suerte, en estos casos se puede tirar de tarjeta. Sin embargo, algunos comerciantes imponen un gasto mínimo para favorecer el pago en efectivo y tener cash. Pero si no se llega a esta cantidad, ¿qué solución hay? O se escoge otro producto o el cliente se va de la tienda con las manos vacías, sin comprar nada.

¿Pueden los comercios permitírselo en un momento de crisis y de contención del gasto?, ¿son legales estos mínimos? ¿no es contradictorio que un comercio prefiera no vender a aceptar sin restricciones una tarjeta?

Sí, es legal, pero puede resultar poco lógico. En España, todavía hay tiendas que sólo cobran con tarjeta si el cliente gasta una cantidad mínima que el propio comerciante fija. A pesar de ello, el uso de la tarjeta está cada vez más extendido entre los españoles. En 2014, las compras a través de sta vía batieron un nuevo récord tras un repunte del 7%. Alcanzaron los 105.854 millones de euros. ¡Casi nada!

Arriesgarse a no vender por aceptar sólo efectivo

Pese a ello, en algunos establecimientos, el mínimo son seis euros, en otros nueve… La cantidad puede variar según el tipo de comercio o local. Los comerciantes no están obligados a cobrar con tarjeta, sólo en efectivo. Tener o no datáfono es una opción que elige cada uno pero, si se tiene, ¿es un acierto o un error fijar un mínimo?

«Que un comercio decida aceptar o no el pago con tarjeta es completamente voluntario, a diferencia de lo que ocurre con el efectivo. Son los términos del contrato que suscriba con el banco que le preste el servicio los que determinan las condiciones» explican fuentes del Banco de España a este diario.

Si el banco cobra menos, los comerciantes son más flexibles

Sin embargo, las principales entidades financieras aseguran que cada vez son menos los establecimientos que fijan esta barrera porque, al final, incluso puede resultar contraproducente para el negocio. Aún así, todavía algunos supermercados sólo cobran con tarjeta si la bolsa de la compra cuesta cierta cantidad. En su defensa, los comerciantes se quejan de que, hasta hace bien poco, los bancos imponían unas tasas por cobrar con tarjeta que les obligaba a fijar estos mínimos.

«Las tasas se han reducido. Y, además, aparecen nuevas formas de pago como el contactless. De manera que a los establecimientos les sale más a cuenta cobrar con tarjeta. La tendencia es que se reduzca el número de tiendas que estipulan un mínimo», apuntan fuentes del sector financiero.

Más facilidades para el cliente

Si el gasto de tener un datáfono se reduce, si las tasas que cobran los bancos también, todo ello debería repercutir en facilitar el pago con tarjeta.

«Es contradictorio con el posicionamiento del comercio fijar un mínimo. Aunque se puede hacer, legalmente, lo que al comerciante le puede beneficiar más es que el consumo sea lo más sencillo posible. Sin embargo, también entendemos que debe haber un control por parte del consumidor porque en muchas casos el sobreendeudamiento es fruto de la falta de control de consumo y eso es lo que hay que evitar», detalla Facua-Consumidores en Acción.

Otras organizaciones también subrayan que el cliente o consumidor no puede hacer nada si le piden un mínimo. O aceptarlo o negarse y marcharse. Pero, ¿es normal que en el siglo XXI aún se pongan límites a las compras? Hay mucho dinero en juego…  

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