El Banco de España critica a las agencias de calificación

El instituto emisor considera que las notas de estas empresas no se apoyan en datos fundamentales

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El Servicio de Estudios del Banco de España acaba de publicar Sovereign ratings and their asymmetric response to fundamentals, un texto sobre las agencias de calificación crediticia, obra de Carmen Broto y Luis Molina, que no halaga precisamente el comportamiento actual de estas empresas. «El proceso de modificación de los ratings de la deuda soberana es extraordinariamente asimétrico: sus rebajas tienden a ser más rápidas y profundas que las mejoras», puede leerse en el informe.

A lo largo de sus 45 páginas, el documento no deja de cuestionar los métodos y resultados de agencias como Moody’s, Fitch o Standard & Poor’s, asegurando, por ejemplo, que «siguen sin suministrar detalles suficientes de qué afecta a las calificaciones y cuál es el procedimiento que emplean para fijarlas».

Mantienen el oligopolio

Al parecer, lo que más ha hecho dudar a los autores es que, a pesar de las duras críticas fundadas que las agencias de rating recibieron durante los peores momentos de la crisis, estas empresas siguen disfrutando de su oligopolio sin más consecuencias, incluso cuando su criterio en forma de A, B o C es determinante para que un activo sea elegible por buena parte de las carteras de todo el mundo.

Una de las frases más destacadas del informe asegura por ejemplo que «en la crisis asiática, el fallo reputacional de haber sido incapaces de anticipar lo que sucedió condujo a una sobreactuación que deterioró aún más la situación», con lo que acusan directamente a las agencias de altos grados de irresponsabilidad.

Calificaciones que pesan e influyen

Estamos entonces ante una llamada de atención «oficial» a las agencias de calificación, recordándoles que no pueden actuar por libre como si sus actos no fueran determinantes, y un recordatorio de que es necesario proceder a una reforma de las mismas.

Para el cliente de a pie, esta información se traduce en que las notas o ratings otorgadas por estas agencias ya no constituyen, como creía hasta ahora, una guía para elegir banco ni conocer su solvencia de forma infalible.

Más caña a Rusia y Grecia

Precisamente hoy se ha sabido que las grandes agencias de calificación ya se han puesto a trabajar sobre dos puntos calientes del planeta: Rusia, por la drástica caída del precio del petróleo, y Grecia, por la inminencia de unas elecciones en las que podría ganar la izquierda de Syriza.

Moody’s ha bajado la categoría a la deuda pública de Rusia a Baa3, solo un escalón por encima del bono basura, a causa del descenso en los precios del petróleo y la devaluación del rublo.

La rémora del petróleo

Esta agencia, que ya bajó en octubre de 2014 esta misma calificación a Baa2, prevé en el futuro nuevos descensos para Rusia, al señalar «el riesgo de futuras caídas en el precio del petróleo», que ha caído a la mitad desde junio, y la fragilidad de la hoja de balance del gobierno ruso.
«La severa, y muy probablemente sostenida, caída del precio del petróleo, así como el acceso restringido de los inversores a los mercados internacionales debido a las sanciones impuestas, están minando los pilares de la economía rusa y acelerando el estrés financiero de los sectores público y privado», aseguró Moody’s en un comunicado.

Las autoriades han tratado de convencer reiteradamente a otros productores, como Arabia Saudí, de que no permitan que los intereses políticos influyan en la cotización del petróleo.

La deuda pública rusa queda así en la misma categoría que India o Turquía y la agencia de calificación recomienda al país revisar la política del banco central y la política fiscal para sortear sus problemas con el crudo y las divisas, pues el rublo se ha devaluado un 47 % en el último semestre.

Syriza se ha «moderado», dice Fitch

Por su arte, Fitch ha revisado de estable a negativa la deuda de Grecia y la ha mantenido en «B» (categoría de algo grado de especulación o bono basura), debido a que la incertidumbre política ha aumentado los riesgos para su solvencia.
Para Fitch, las elecciones del día 25 han creado mayor incertidumbre y señala que un estancamiento político prolongado aumentaría el riesgo de dificultades de financiación y una vuelta a la recesión.

La agencia considera que es posible todavía un acuerdo entre el Gobierno griego que salga de las elecciones y la troika, incluso en el caso de que gane Syriza, ya que ambas partes están interesadas en él, aunque las distancias con este partido son mayores.

Afirma que Syriza ha moderado su postura política desde 2012 y ahora aboga por la zona euro y se ha comprometido a mantener los compromisos de Grecia con el FMI y los acreedores privados.

En un escenario adverso, dice, una agitación política prolongada combinada con la falta de financiación podría crear serias tensiones en el flujo de caja del Gobierno en el próximo verano lo que podría hacer fracasar la recuperación económica griega.

Fitch, sin embargo, ha mantenido las máximas calificaciones para la deuda de Alemania y de Luxemburgo en AAA y perspectiva estable.

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