El abogado de NCG echa la culpa a Castellano de las pérdidas millonarias de las fortunas gallegas

Los empresarios que vieron esfumarse 70 millones con la operación acordeón que impulsó el FROB alegan que “confiaban” en la entidad al estar auditada por el Banco de España

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Varias de las grandes fortunas de Galicia se encontraban este martes en el juzgado de primera instancia número cinco de A Coruña. El motivo, la demanda interpuesta contra la antigua Novagalicia Banco y el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) por la operación acordeón que se acometió para sanear la entidad y que borró de un plumazo una inversión empresarial de más de 70 millones de euros.

Ayer, en la primera sesión del juicio, le tocaba el turno declarar a representantes de Hijos de Rivera, Inversiones Gallegas del Cable, Concable, Coren, Inversiones Subel, Jealsa y Copasa. Entre todos aportaron más de 20 millones a la entidad. Todos sin excepción aseguraron que la inversión la hicieron con la seguridad que les daba precisamente, que el FROB estuviese dentro del capital de Novagalicia y debido a la “confianza” que les generó el Banco de España. Desconocían que tan sólo unos meses después de su inversión, anunciada a bombo y platillo, se quedarían a cero debido a la situación de la entidad.

Naveiro descarga en Castellano

No obstante, en su declaración, José Eduardo Álvarez Naveiro, quien fue jefe de los servicios jurídicos de NCG descargó la responsabilidad de las pérdidas millonarias de los inversores gallegos en José María Castellano, el presidente de la entidad hasta su venta a Banesco. En varias ocasiones a lo largo de su declaración, el abogado insistió en que el trabajo de captación de los inversores gallegos lo llevó tanto Castellano como González-Bueno, el consejero delegado de la entidad.

“Las gestiones de captación las llevaba Castellano”, dijo en varias ocasiones, preguntando por los abogados de la acusación por qué se aseguró a los inversores que la entidad era solvente cuando el Banco de España acababa de valorarla en 181 millones de euros.

El abogado se desvinculó de las gestiones y conversaciones con los inversores y aseguró que, si bien existía una oficina creada para que los empresarios expresasen sus dudas, “este tema lo llevaba de forma muy personal Castellano”.

«Él también invirtió»

Pero, si bien, Naveiro se escudó en el ex presidente del banco gallego, los empresarios demandantes insistieron mucho más en la figura del FROB y del Banco de España, la “garantía” para ellos de que era una buena inversión. “Caixa Galicia siempre fue nuestro proveedor, la relación era buena y siempre nos atendió cuando necesitamos dinero”, manifestó Jesús Alonso, presidente de Jealsa y de la sociedad Río Breiro, con la entró en el capital del banco. “Nos reunimos unas dos veces con Castellano en Santiago”, dijo, a la vez que manifestó no sentirse en ningún momento engañado por el banquero ya que “él también está en la lista”. “Entre los inversores está Castellano y González-Bueno, para nosotros esa ya era garantía de que el proyecto iba a funcionar”, dijo.

¿Presiones para invertir?

Sobre si se recibieron presiones por parte de grupos políticos y otros agentes para que los empresarios entrasen en el capital de Novagalicia e intentasen atraer fondos extranjeros con su imagen, Naveiro aseguró desconocer esos hechos. Sin embargo, el presidente de Inversiones Gallegas del Cable, Roberto Díaz Rincón, sí aseguró en su turno que los inversores estaban “contra la espada y la pared”. “O te metías o eras casi un traidor a Galicia”, dijo el empresario, que manifestó que a penas hubo negociación, ni con NCG ni con el FROB sobre las condiciones de entrada en el capital. “Fue casi un contrato de adhesión, apenas se negoció o se cambió algo”, explicó, para añadir que nunca fueron informados por la entidad, ni por el fondo bancario que ya estaba en su capital, de la situación en la que se encontraban.

Tras calificar de “estafa” lo ocurrido, Díaz Rincón optó por la metáfora: “Se nos vendió un coche y a los dos meses nos lo embargan y nos dicen que no es nuestro”.

Una «operación clara»

Juan Álvarez de Mora, presidente de Concable, también insistió, al igual que José María Rivera, de Hijos de Rivera, en la seguridad que les ofrecía el hecho de que la entidad hubiese sido ya saneada por el FROB cuando entraron en su capital. “A mi por lo menos unas de las cosas que me valió fue la entrada del Fondo, de lo que no era consciente era de que el balance de la sociedad no era real”, afirmó, preguntado sobre si cuando decidieron entrar en NCG sabían que era necesario llevar a cabo un ajuste retroactivo en su capital.

También pasó ayer por el juzgado el ex dueño de Azkar, Luis Fernández Somoza, que aportó cerca de cinco millones de euros a Novagalicia. “Sobre todo soy muy gallego”, dijo el empresario, quien manifestó que recibió una llamada de Castellano, a quien conocía de su época como vicepresidente de Inditex. “Siempre confié en el banco porque Caixa Galicia me dio crédito cuando lo necesité”, manifestó.

Otros inversores, como fueron Coren o Copasa insistieron en que, en base a la confianza que les generaba la entrada del FROB, y que la entidad fuese auditada por el Banco de España, no solicitaron mayor asesoramiento fiscal. “Parecía que había poco que pensar, era una operación clara”, dijo José Luis Guitierrez, consejero delegado de la constructora ourensana.

El juicio continuará este miércoles en A Coruña.

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