¿Cuáles son los riesgos de los fondos de inversión?

Estos productos no están garantizados y se someten a los posibles altibajos de los mercados

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Ante la falta de atractivo de los depósitos a plazo vigentes, que no alcanzan ni el 3% TAE, los bancos están ofreciendo como alternativa los fondos de inversión un producto bastante más complejo. Aunque se prometa más rentable, puede llevarnos incluso a perder dinero, según informa la web especialista en finanzas personales HelpMyCash.com

El año 2013 está siendo de “vacas flacas” en cuanto a depósitos bancarios. A la prohibición de los extratipos por parte del Banco de España se suma la bajada de tipos del Banco Central Europeo, y el resultado salta a la vista: la media del interés ofrecido por los depósitos ha caído desde diciembre del 4,41% al 2,26% TAE (según cálculos basados en los rankings de mejores depósitos).

El pequeño ahorrador, no contento con una rentabilidad que rara vez alcanza el 3% TAE, ha empezado a buscar alternativas a los depósitos. Y los bancos, sabedores de esta necesidad, han empezado a ponerles en bandeja un producto que poco tiene que ver con el anterior: los fondos de inversión.

¿Por qué pueden ser interesantes los fondos? Esencialmente por cinco motivos:

1. Son potencialmente capaces de dar una gran rentabilidad, superior a la de un depósito.
2. Permiten una gran diversificación pese a invertir poco dinero.
3. Son una buena manera de invertir sin ser experto, ya que se ceden las decisiones a un gestor más experimentado, por lo que espera obtener mejor rentabilidad.
4. Son productos muy líquidos, aunque al estar sometido a cotización se recupera lo invertido a valor de mercado, que puede ser superior o inferior al nominal. Es decir, que se puede ganar o perder en función de su cotización. En el caso de los fondos garantizados, se recuperará sí o sí el nominal siempre y cuando se llegue al vencimiento del plazo.
5. Contemplan ventajas fiscales por cambiar de un fondo de inversión a otro, siempre que el dinero no pase por una cuenta corriente donde esté disponible.

¿Qué precauciones debe tomar el inversor?

Lo primero es fijarse en las características del fondo: el tipo (monetario, de renta fija o variable, mixto, de gestión pasiva, si garantiza o no el 100% del capital…), el perfil de riesgo (cómo de probable es perder dinero; si es para inversores conservadores o agresivos), el horizonte temporal (cuánto tiempo tardará en ser rentable y si podemos aguantar), el histórico de rentabilidad (cuánto se ha ganado con él en el pasado, aunque nada garantice que se repita), la trayectoria del gestor del fondo (sus resultados hasta la fecha), y las comisiones (gestión, subscripción, reembolso, depósito), entre otras.

Podemos pedir al banco todos estos datos por escrito sin ningún tipo de problema. Solo así podremos estudiar con detenimiento lo que más nos conviene.

Pero, sobre todo, el inversor debe tener muy claro que, como producto de inversión complejo que es, el fondo tiene sus riesgos. En concreto:

• No están garantizados por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD).
• El banco tampoco garantiza el capital invertido, por lo que puede haber pérdidas (a no ser que sea un fondo de inversión garantizado).
• Aunque los fondos de renta variable tienen una volatilidad mayor, esto no significa que los de renta fija sean del todo seguros. Es más, en estos momentos de tipos bajos se corre el riesgo de que, una vez vuelvan a subir los tipos, el valor de los bonos actuales caiga, lo que conllevaría pérdidas en el fondo.
• No tienen plazo, así que la inversión estará sometida a subidas y bajadas continuas y cuando necesitemos el dinero tendremos que aceptar su valor de mercado.

Estamos, por tanto, ante productos no garantizados y sometidos a los posibles altibajos de los mercados en un momento en que no se caracterizan precisamente por su estabilidad.

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