¿Cómo se desendeudan las familias españolas?

Los españoles y el conjunto de las empresas han optado por amortizar sus deudas en un lento proceso que incluye también un aumento del consumo

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La economía española está experimentando cambios. Se producen, al mismo tiempo, diferentes movimientos que indican que hay un repunte más sólido hacia el crecimiento. Los datos son elocuentes, pero hay interpretaciones distintas. Los hogares españoles y las empresas mantienen un proceso de desendeudamiento, que recupera los niveles de 2006, previos a la crisis económica.

La deuda de las familias descendió en enero en 2.943 millones de euros, en relación al mes de diciembre. Eso representa un descenso del 0,39%, y un 4,2% en tasa interanual, hasta los 745.414 millones de euros. Son los números del Banco de España. Pero, ¿qué ocurre en el interior de esos hogares?

La barrera psicológica para poder consumir se ha roto

Oriol Amat, catedrático de Economía Financiera de la Universitat Pompeu Fabra, y consejero de la CNMV, apunta diversos factores. El primero, es que no se ha producido crédito nuevo. La banca ha sido restrictiva en los últimos años, y las familias que podrían animarse para comprar una vivienda o para renovar el coche se lo piensan, con la idea de que esos bienes, principalmente en el caso de los pisos, podían seguir bajando de precio. «Hubo un cambio de actitud, de retrasar posibles inversiones, y una parte del dinero se ha ahorrado», asegura Amat, quien incide en que el endeudamiento y la morosidad siguen siendo altas.

El hecho, y que puede resultar contradictorio, es que el crecimiento que ha apuntado la propia Comisión Europea para España en 2015, un 2,4% del PIB, que el Gobierno cree que se superará, tiene como uno de sus motores el consumo interno. Se prefiere amortizar deuda, pero también se consume más. Amat considera que ese consumo lo realizan, principalmente, las familias que han superado «la barrera psicológica, que tienen empleo, y que han salvado el llamado efecto precaución», habitual en las crisis.

Eso se une a que las entidades financieras ofrecen muy poco rédito, casi nulo, por los ahorros. Ante esa disyuntiva, las familias españolas se han dedicado a amortizar lo que deben, y a gastar, dentro de las posibilidades de cada una de ellas, en bienes de consumo.

Superar las dos «represiones, la financiera y la fiscal»

Alejandro Varela, analista de Renta 4, ve el proceso como algo muy positivo, que indica «un momento importante de cambio de tendencia». Y habla de una doble «represión». Existe, a su juicio, «una represión financiera, porque los bancos no pagan nada por los ahorros, y una represión fiscal, porque los impuestos siguen muy altos, pese a la reforma fiscal, y ante eso se amortiza y se consume», sentencia. «Se prefiere pagar algo de la deuda pendiente, y cambiarse el televisor, después de pensárselo mucho en los últimos años», añade.

El Banco de España avala esa explicación. El descenso del endeudamiento de los hogares se debe, en enero, principalmente, a la caída de los créditos destinados a la adquisición de viviendas, que han bajado un 0,7% en tasa mensual y un 4,5% respecto al año pasado, hasta los 580.926 millones de euros. 

Y, precisamente, el importe de los préstamos al consumo subió un 0,8% en enero, respecto a diciembre, aunque descendió un 3,2% respecto al año anterior, hasta alcanzar los 164.488 millones de euros. 

*Eurostat

Claro que todo en su contexto. Daniel Pingarrón, analista de IG, ve el proceso como algo lógico. «Se partía de niveles de endeudamiento extremos, con una deuda privada que no podía crecer más, que marcó su pico en 2008 (ver gráfico) y lo que ha ocurrido es que se amortizan créditos, y no se toman nuevos, y la diferencia provoca que el nivel de desendeudamiento sea de un 4%».

El IPC no aumenta y no «erosiona» la deuda

Pingarrón entiende que ahora lo ideal sería «que se fuera capaz de mantener ese porcentaje y aumentar algo el nuevo crédito, sobre un 2%, lo que provocaría un mayor dinamismo de la economía española».

Este analista no desdeña otro fenómeno. «La práctica deflación lleva a que se decida pagar las deudas, porque la erosión de ellas, que provocaría un aumento del IPC, no está ocurriendo».

Las empresas también amortizan deuda

El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, apunta esa doble práctica. «Se están amortizando créditos y se toman muy pocos nuevos, y eso también está ocurriendo en las empresas», asegura.

Es la interpretación que corresponde a la lectura, de nuevo, de los datos del Banco de España. La deuda de las empresas cayó en enero en 7.305 millones de euros, y se situó en 936.186 millones de euros. Si se compara el periodo de un año, la deuda empresarial bajó un 6,5%.

Ese descenso se explica por la caída de los préstamos de entidades de crédito residentes, y los préstamos que se titulizan y quedan fuera del balance, que descendieron un 1,4% en enero respecto a diciembre, con una caída interanual del 11,02%. 

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