Cinco cosas que tu banco no quiere que sepas (y puedes reclamar)

Hay diversos servicios y pagos que se afrontan sin que el usuario lo sepa. Y en todos los casos se puede reclamar para que el banco los eliminen

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La confianza de los consumidores en los bancos ha cambiado en los últimos años, sobre todo después de la crisis financiera, en que varios bancos tuvieron que ser salvados antes de derrumbarse, y por los escándalos de las cláusulas suelo opacas, las preferentes y la salida a bolsa de Bankia.

Antes los usuarios de los bancos aceptaban sus productos sin rechistar, pero ahora analizan dos veces su contrato al abrir una cuenta y reclaman que les eliminen lo que no les interesa o les implica gastos excesivos.

Pero no todo el mundo sabe exactamente qué productos vinculados se contrata con el banco. Por ello reclamador.es se detallan los cinco productos que se pueden reclamar a las entidades si el cliente no está de acuerdo con mantenerlas.

1. Comisiones por impagos

Son comisiones que los bancos cobran cuando el cliente se retrasa en el pago de la cuota de algún préstamo o tarjeta. Su sentido es compensar a la entidad por gastos que pueda tener al reclamar la deuda, pero no pueden cobrarla sin más: solo por el hecho de haber enviado cartas tipo a sus clientes, la entidad debe acreditar que las gestiones realizadas hayan generado un gasto como para cobrar esa comisión que van desde los 30 a los 80 euros por cuota retrasada.

Éste es un problema muy común sobre el que el Servicio de Reclamaciones de Banco de España se pronuncia todos los años en su Memoria de Reclamaciones y, sin embargo, los bancos siguen cobrándolas indebidamente porque saben que son pocos los clientes que las reclaman.

2. Seguros que nunca se usarán

Cada vez es más habitual que los bancos adjunten seguros cuando el cliente contrata algún tipo de préstamo. La mayoría son seguros poco interesantes para el usuario y buscan proteger al banco.  

Esto sucede con muchos de los ‘seguros de protección de pagos’. El supuesto atractivo para estos seguros es contar que si el usuario se queda en desempleo, el seguro se hará cargo de un número de cuotas del préstamo. Parece interesante ante la inestabilidad actual del empleo pero esconde una trampa: en la mayoría de estos seguros para que el usuario pueda disfrutar de la cobertura se debe haber tenido un contrato fijo cuando se contrata.

Aun así los bancos venden estos seguros a personas con contratos temporales, conociendo perfectamente la situación laboral del usuario. En cambio, estos ignoran que no podrán disfrutar de la cobertura hasta que se quedan en el paro. En estos casos hay que reclamar la devolución de todas las primas del préstamo ya que el banco no puede vender un seguro que nunca va a cubrir al afectado.

3. Copia de los contratos

Tanto para operaciones de préstamo como de ahorro, los usuarios tienen derecho a solicitar copia de estos contratos en el banco, ya sea porque los haya perdido o porque la entidad no le facilitó el acceso a estos en el momento de la contratación.

Son muchas las trabas que ponen los bancos cuando uno de sus clientes quiere copia de algún documento, como escrituras de hipoteca o contrato de valores. Este es un problema muy común entre las personas que quieren comprobar si su hipoteca tiene cláusula suelo. Por ello se sugiere que siempre se solicite por escrito y con acuse de recibo en la oficina del banco. Y ante cualquier impedimento se debe acudir al Servicio de Atención al Cliente de la entidad.

4. Gastos de la hipoteca

Todas las hipotecas tienen gastos y la mayoría de los bancos en España los han cargado siempre al cliente. Sin embargo, los costes que impone la banca al formalizar hipotecas, como los gastos de registro y notaría y el pago del Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (IAJD); entre otros, se pueden reclamar.

Así lo consideran cada vez con más claridad los tribunales que señalan en sus sentencias que son gastos por servicios que no solo benefician al cliente y por eso no se les debe cargar en exclusiva al hipotecado. El Supremo ha declarado nulas estas cláusulas y, por lo tanto, las entidades financieras tendrán que devolver gran parte de este dinero a los afectados que lo reclamen.

Según reclamador.es en España existen 8,2 millones de afectados con hipotecas aún en vigor o canceladas en los últimos diez años. Teniendo en cuenta todos los gastos de constitución de una hipoteca, el coste que supone una de 150.000 euros podría suponer un desembolso de entre 2.800 y 4.400 euros de media en España.

5. Cláusula suelo, las hipotecas multidivisa y los bonos convertibles del Banco Popular

La cláusula suelo de las hipotecas, las hipotecas multidivisa, los bonos convertibles del Banco Popular así como otros productos financieros nocivos han sido declarados nulos por numerosos juzgados y se pueden reclamar. Los usuarios pueden recuperar su dinero.

Recomendaciones para evitar problemas con el banco

Para evitar que un usuario de un banco tenga problemas con los servicios contratados o si tiene dudas sobre la información aportada por la entidad, se sugiere tener estas recomendaciones:

– Guardar toda la documentación y los recibos así como las conversaciones (correo electrónico) con el banco. Si no se encuentra algún contrato se puede solicitar una copia en la oficina.

– Leer detenidamente los contratos y no firmar ningún cláusula demasiado técnica que no se comprenda o pedir asesoramiento para contratos complejos.

– Recopilar las pólizas de los seguros que se tienen contratados para evitar tener algunos poco útiles o repetidos.

– Poner en duda las comisiones que lleguen a la cuenta bancaria  y que no se correspondan con los servicios prestados.

– Ante la firma ante notario de algún contrato se recomienda acudir antes al mismo para revisar las cláusulas y consultar dudas. El notario está para asegurarse de que ambas partes comprenden el contrato.

 

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