Chipre, la prueba de fuego para España

Antes de este rescate, el 60% de los inversores españoles temían por un ‘corralito’

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El corralito financiero impuesto por el Eurogrupo en Chipre ha encendido las alarmas en las economías más débiles del Viejo Continente. España, Grecia, Italia y Portugal se muestran tranquilos ante la decisión específica tomada en la isla. Pero la señal es inequívoca. Europa ya no rescatará más sistemas bancarios en quiebra con dinero público. La solución será interna.

Chipre es la evidencia. Si no surgen excesivos problemas, a partir de ahora cualquier forma de rescate será a base de quitas sobre los ahorradores. Por el momento, los únicos que habían visto perder su dinero (además de Lehman Brothers) eran los accionistas y los tenedores de deuda subordinada o preferentes, como en el caso de España. Con Chipre, se ha traspasado la línea roja que se respetó en Grecia, Portugal o Irlanda.

Miedo al bloqueo

El gobierno español asegura que la medida adoptada en Chipre “no es extrapolable a cualquier otro país”. Fuentes del Ministerio de Economía aseguran que no se trata de un corralito. «Lo único que se va a retener es el impuesto correspondiente hasta el lunes y la gente va a poder mover su dinero libremente».

Pero la opinión de los inversores españoles es bien distinta a la del Ejecutivo de Mariano Rajoy. En octubre del año pasado, la primera encuesta de inversores particulares en España elaborada por Natixis Global Asset Management (NGAM) reflejaba que seis de cada 10 inversores españoles temían por un posible corralito. Seguramente, esta cifra aumentaría tras conocerse el rescate de Chipre.

Sobredimensión

¿Por qué con Chipre sí? La deuda chipriota asciende al 150% del PIB. Pero su principal problema está en el sobredimensionado sistema bancario. Los activos de la banca chipriota suponen ocho veces su PIB, alcanzando los 120.000 millones de euros. Sólo en depósitos la cifra asciende a 70.000 millones. La peculiaridad este caso es el origen de estos productos financieros: el 42% pertenece a extranjeros, principalmente británicos y rusos.

Entidades como Barclays, Saxo Bank o Société Générale trabajan en Nicosia junto a bancos de Grecia, Rusia, Rumania, Jordania, Líbano, además de los propios chipriotas. Las condiciones del rescate no solo afectan al bolsillo de los isleños, sino que traspasan fronteras.

Indignación

Este domingo, el presidente de Chipre, Nicos Anastasiades, hablará a sus conciudadanos para explicarles por qué ha aprobado el rescate de 10.000 millones de euros con esas contrapartidas. «Nosotros debíamos de escoger en el peor de los escenarios entre un colapso del sistema financiero no controlado o una gestión dolorosa pero controlada de la crisis para poner fin a esta situación de incertidumbre», ha indicado en un comunicado. “El sistema bancario se habría derrumbado con las consecuencias que ello supone», dijo aludiendo a miles de quiebras y a «una eventual salida del euro».

La indignación llegó en pocas horas a las calles de las principales ciudades. La gente acudía en masa a las oficinas bancarias para retirar el dinero. Muy pocos lo han podido hacer. Sólo a través de los cajeros de los que se podía retirar un máximo de 1.000 euros. Es el caso de Yiannis, un joven abogado que asegura «he salvado 67 euros. Algo es».

Pero el bloqueo ya era efectivo, incluso en la banca on line. Las oficinas se vieron obligadas a cerrar. No abrirán hasta el martes. Será cuando se conozca la dimensión que tome provocar el primer corralito financiero de la Unión Europea.

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