Caixa Rural Galega activa una «fusión fría» con otras cooperativas

Caixa Rural Galega se ha incorporado a un Sistema Institucional de Protección (SIP) promovido por la asociación española de cajas rurales

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Fue el arma elegida en su día por Julio Fernández Gayoso, desde Caixanova, para responder a la embestida de la fusión con Caixa Galicia. Era un Sistema Institucional de Protección (SIP) de activos, conocido comúnmente como «fusión fría», que armó con otras cajas de ahorro. A su vez, José Luis Méndez, desde la caja del norte, promovió otro SIP, en su caso con la extinta Caja Madrid. Ahora, vuelven las «fusiones frías» a Galicia de la mano de Caixa Rural Galega, pero en un proceso natural de integración.  Y sin hacer ruido.

El pasado 29 de diciembre de 2017, y sin que apenas trascendiese en su momento, los directivos de Caixa Rural Galega firmaban su integración en un SIP, denominado en su caso Mecanismo Institucional de Protección cooperativo. Lo hacía con otras cajas integradas en la Asociación Española de Cajas Rurales, que operan bajo la marca Ruralvía. Meses antes, en junio, a través de un real decreto, el Gobierno había modificado la Ley de Cooperativas de Crédito para alentar este tipo de integraciones.

Una nueva sociedad de gestión

Caixa Rural Galega explica con detalle en su memoria anual el proceso.  Como instrumento financiero del Mecanismo Institucional de Protección cooperativo, se ha establecido un fondo de solidaridad, «el cual se nutrirá de las aportaciones de los miembros participantes del SIP y será gestionado por parte de la Asociación Española de Cajas Rurales a través de la sociedad Grucajrural Gestión S.L.U».

El fondo de solidaridad creado tiene afecto un patrimonio y recursos separados de los de las entidades partícipes en el SIP, «quedando irrevocablemente su tenencia, administración, y eventualmente, su titularidad atribuidos a la Asociación de Cajas Rurales». Dichos fondos serán utilizados en caso de que sea preciso prestar apoyo a un miembro del sistema, explican los administradores de Caixa Rural Galega en la memoria.

Caixa Rural aporta 2,6 millones

Para el cumplimiento de las funciones del fondo de solidaridad, las entidades partícipes del SIP se han comprometido a realizar aportaciones anuales hasta alcanzar el 1% del total de los depósitos cubiertos por el Fondo de Garantía de Depósitos de los propios miembros del sistema en su conjunto. En el caso de Caixa Rural Galega, el gasto incurrido por las contribuciones realizadas al fondo de solidaridad del SIP ha ascendido a 2,6 millones de euros en el año de su constitución.

La contribución de la caja al Fondo de Garantía de Depósitos, que es la UCI bancaria, asciende anualmente a otro millón de euros. Caixa Rural Galega está dirigida por Jesús Méndez y su actual presidente es Manuel Varela López. La entidad tuvo unos beneficios al cierre de 2017 de 3,6 millones de euros, y destinó 2,9 millones a su fondo de reserva obligatorio.

Obligaciones de solvencia y riesgos

La «fusión fría» tiene aparejados, en todo momento, «unos objetivos conjuntos de solvencia en términos de recursos propios de los que se derivarán objetivos para cada uno de sus miembros», según explican los administradores de Caixa Rural.

Por tanto, los miembros del sistema en el que ahora está integrada la única caja gallega que queda en pie se verán «obligados a contribuir al mantenimiento de dichos niveles de solvencia, tanto a nivel individual como en conjunto, ajustando al mismo sus políticas en materia de capitalización y recursos propios». También deberán cumplir una política general de riesgos. Una «fusión fría» en toda regla que lleva en marcha unos meses, activada en sin levantar polvaredas, no como antaño.

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