BBVA adelgazará la plantilla al ritmo de 2.000 profesionales por año

La entidad provisiona 94 millones adicionales para atender ajustes de personal hasta final de año, de los que 53 se destinarán a cubrir entre 500 y 600 salidas en España. Catalunya Banc cerrará otras 100 oficinas entre noviembre y diciembre

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En el BBVA lo tienen claro, la eficiencia está por encima de todo. Y, como esa ratio, tanto a nivel de grupo como en España, sigue sin domeñarse no queda otra que intentar hacer todos los esfuerzos posibles para rebajarla de ese umbral del 50%, considerado como adecuado según el Banco de España.

En el conjunto del grupo, en los nueve primeros meses esa ratio de eficiencia se mantiene estable en torno al 52%, pero en España, lejos de reducirse por debajo de ese umbral, se ha incrementado notablemente, del 50,6% al cierre de 2015 al 54,5% reconocido hasta el 30 de septiembre.

Despidos ligados a una filosofía estratégica

Estos porcentajes están detrás de la respuesta dada por Carlos Torres Vila, el consejero de la entidad, a la pregunta, realizada en la rueda de prensa de presentación de resultados, sobre hasta cuándo piensa el BBVA mantener el ritmo de unas 2.000 salidas anuales de personal.

No dejó lugar a dudas. Vino a decir que hasta que las cuentas cuadren. «No se trata de un tema contable ni hay planes previstos. Es una filosofía estratégica que no va a parar nunca, y está ligada a la evolución del cambio tecnológico que se está produciendo. En este sentido, siempre hay potencial de mejora», explicaba.

En lo que va de año, hasta septiembre, la plantilla del BBVA se ha reducido un 1,2%, hasta 136.244 empleados. Algo más de 1.700 menos, en su mayoría en España, procedente del ERE aplicado sobre Catalunya Banc, finalmente liquidado en la salida 1.556 trabajadores tras el cierre de 436 oficinas, que se ampliarán a otras 100 hasta el cierre del presente ejercicio.

Dotación adicional para costear nuevas bajas

Además del ajuste provocado por la integración de la entidad catalana, el BBVA se ha visto obligado a dotar 94 millones de euros adicionales para financiar iniciativas relacionadas con la reducción de costes. La mayoría de esta provisión, 53 millones, obedece a la baja en España de entre 500 y 600 trabajadores en los dos próximos meses.

«Se trata de un mero ajuste a la gestión ordinaria que venimos haciendo», justificaba Torres Vila la decisión. Sobre más ajustes de personal en el futuro, Torres Vila no quiso precisar. «No damos previsiones de salida. Se harán sobre la marcha», dijo, para advertir que, en todo caso, «el control de costes seguirá siendo nuestra prioridad y, por ello, contamos con la previsión de que habrá más salidas adicionales de personal», reconocía.

Mejor cobrar menos dividendo en Telefónica que malvender activos

La comparecencia de Torres Vila se producía horas después de que Telefónica, en la que el BBVA ostenta casi el 7% del capital, anunciara un cambio drástico en su política de dividendos para reducir su endeudamiento.  

La rebaja de la retribución de la multinacional presidida por José María Álvarez Pallete, de 0,75 a 0,55 euros por acción en 2016 y de 0,4 por título en 2017, supondrá para el BBVA una merma de 100 millones en sus ingresos.

«Se trata de una decisión correcta, y resulta más adecuada que malvender activos en estos momentos», comentaba Torres Vila. Respecto a si esta medida la deberían seguir otras empresas, el consejero delegado del BBVA apuntaba que «cada compañía es un mundo y sería muy aventurado señala que la misma receta sirva para todas».

Privatizaciones y fusiones 

Torres Vila también salió al paso de la privatización de las cajas nacionalizadas y de las fusiones entre entidades financieras que pudieran producirse en España.

«Al final, lo importante es que el sector público salga del privado y se recuperen las ayudas públicas, por lo que un proceso de subasta sería lo mejor para evitar distorsiones», señalaba respecto a las privatizaciones de Bankia y BMN.

En cuanto a las fusiones, el consejero delegado del BBVA descartaba que fuera un problema la reducción de entidades financieras en España porque «el entorno ha cambiado radicalmente y la situación no tiene nada que ver con la de hace unos años».

Basaba esta afirmación en que las exigencias de capital se han duplicado, existen requerimientos que pueden absorber pérdidas y directivas europeas que limitan la aportación de ayudas públicas.

Cautela con el capital

Tras alcanzar, ya en septiembre, una ratio de capital del 11% –a pesar de los 15 puntos básicos detraídos por la bajada del rating de Turquía por parte de Moody’s –, en el BBVA mantienen la cautela, y no descartan que se puedan producir necesidades adicionales de capital una vez que se cierren los cambios regulatorios de Basilea IV y también por las consecuencias derivadas de la nueva definición contable a partir de 2018, con las nuevas normas IFRS 9 elaboradas por la International Accounting Standards Board (IASB), sustituyendo a las actuales IAS 39.

Respecto a la gestión del ladrillo, el BBVA reconoce que todavía en 2017 seguirá dando pérdidas, aunque cada vez más amortiguadas. Entre enero y septiembre de 2016 fueron de 315 millones de euros, un 24,4% menos que un año antes, y la exposición neta –ahora de casi 11.700 millones– ha disminuido casi un 14%.

Casi el 25% de esa exposición, unos 2.700 millones, está en suelo. Unos activos sobre los que el banco presidido por Francisco González no descarta que se puedan liberar provisiones si, como parece, el ritmo de desarrollo de las parcelas se mantiene, y teniendo en cuenta que, en su momento, fueron muy altas.

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