Bankia y Cívica rebajan su precio para salir a bolsa con las garantías mínimas

Hacen un ejercicio de realismo con descuentos de hasta el 75%. Bankia apura al máximo posible para que sus cajas no pierdan la mayoría y Cívica no tiene aún política de dividendos

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Muy a su pesar, Bankia y Banca Cívica han tenido que rebajar hasta niveles de saldo sus valoraciones para salir a bolsa. Aunque ambas entidades habían recalcado en las últimas semanas que saldrían a lo que consideraban un precio justo, han tenido que dar su brazo a torcer. O abarataban sus precios de venta o conseguir la demanda suficiente para afrontar sus salidas a bolsa era sencillamente una quimera.

El recorte ha sido de órdago. En el caso de Bankia, las cuentas no pueden ser más simples. Ha aplicado una rebaja sobre su valor contable de 12.992 millones que se sitúa entre el 65% y el 69,2% según la banda de precios fijada en el folleto. Una cifra que se reducirá hasta una horquilla entre el 49% y el 55% con el dinero captado en la operación. ¿Qué significa este tijeretazo? Que la entidad que preside Rodrigo Rato ha decidido practicar la rebaja máxima posible. Por encima de ese nivel, las siete cajas que comparten el control de Bankia habrían perdido la mayoría en el capital.

Si la oferta pública de acciones (OPV) se cubre en su totalidad, incluido el green shoe, el grupo de entidades liderado por Caja Madrid y Bancaja reducirá su participación hasta el 50,03%. Más no ha podido afinar Bankia para asegurar una operación en la que el sistema financiero español se juega gran parte de su credibilidad.

El folleto de la entidad, que empezará a cotizar el próximo 20 de julio, contempla que los inversores particulares cargarán con el 60% del peso de la operación. Es decir, que para que la oferta tenga éxito los inversores de a pie tendrán que adquirir al menos 2.181 millones de euros en acciones del grupo, que recaudará con la oferta entre 3.636 y 4.580 millones.

Pay-out del 50%

Si la operación sale adelante, Bankia se convertirá en uno de los pesos pesados de la bolsa española con una capitalización entre los 7.641 y los 9.166 millones de euros. Respecto a la política de dividendos, el grupo se limita a asegurar que en estos momentos reparte el 50% de los beneficios.

Esta es la cifra de pay out que el grupo ha comunicado a inversores y analistas que prevé mantener los próximos años. Es uno de los grandes reclamos de una entidad que como todos los bancos de nuevo cuño creados por las cajas de ahorros acumula numerosas incertidumbres. A 31 de marzo suma créditos a promotores por valor de 32.950 millones de euros, el 16,6% del riesgo crediticio global. La tasa de morosidad de esa cartera es del 16,6%. Además, los préstamos hipotecarios suponen el 45% de la cartera crediticia bruta.

Las incertidumbres de Cívica

Cívica debutará el mismo día que Bankia. Pero sus descuentos sobre el valor contable son aún mayores que los del tercer grupo financiero español. Como en el caso de su competidor, ha tenido que hacer de tripas corazón y renunciar de un plumazo a la valoración de 2.500 millones que el grupo resultante de la fusión de Caja Navarra, Canarias, Burgos y Cajasol había considerado como razonable hace apenas tres meses.

La banda de precios recogida en el folleto contempla un descuento entre el 63% y el 74% sobre el valor en libros, de 2.778,1 millones de euros. Es decir, que valora el grupo entre 742,5 y 1.045 millones de euros, cifra que crecerá hasta una cifra situada entre los 1.342 y los 1.889 millones cuando termine la ampliación de capital de la entidad.

Como en el caso de Bankia, son muchas las incertidumbres que rodean a la salida a bolsa. El grupo se enfrenta a la operación reconociendo que aún no ha establecido la política de dividendos. Asegura que dependerá de las limitaciones que impone la ayuda recibida del Frob, que impide distribuir más del 30% de los beneficios entre los accionistas. El objetivo es repartir este porcentaje.

De las dificultades que ha encontrado el grupo para sacar adelante la operación dice mucho el hecho de que las acciones destinadas al tramo minorista y de empleados –el 50% del total- no están aseguradas. Es decir, que ningún banco se ha comprometido a quedarse con estos títulos en el caso de que no sean suscritos por inversores particulares.

Respecto a los préstamos concedidos para la compra de viviendas, Cívica asegura que la situación es susceptible de empeorar. Prevé que los precios de las viviendas seguirán bajando en 2011 y que los podrían situarse incluso en niveles inferiores al saldo pendiente del principal de los préstamos. Una situación que obligaría a nuevas provisiones y deterioraría la situación financiera del grupo.

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