Bankia y Banca Cívica fían su suerte al desenlace del rescate de Grecia

Grecia va a ser la clave de la salida a bolsa de Bankia y Banca Cívica. Si no se aprueba el plan de rescate, las ofertas de acciones que se aprueban hoy serán prácticamente inviables

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Las prisas nunca son buenas consejeras, y menos aún cuando de lo que se trata es conseguir a toda costa euros contantes y sonantes. Exactamente entre 4.000 y 5.000 millones, que son los que necesitan Bankia y Banca Cívica para recapitalizarse y cumplir con las exigencias del Gobierno para evitar ser nacionalizadas temporal y parcialmente.

La urgencias son de tal calibre que ambos grupos han decidido seguir adelante a pesar de que el calendario no da más de sí, de que los inversores siguen exigiendo unos descuentos superiores al 50% y, sobre todo, de que Grecia es una bomba de relojería que en caso de estallar se llevaría por delante sus aspiraciones de empezar a cotizar este verano.

La salida a bolsa de Bankia de forma inmediata fue ratificada ayer por el grupo, a la espera de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) apruebe hoy el folleto. Como su competidor, Banca Cívica tiene toda la maquinaria preparada para que el supervisor bursátil apruebe su oferta de acciones hoy y empezar de forma inmediata las visitas a los grandes inversores nacionales e internacionales.

Hasta ahora, los retrasos han sido constantes. La CNMV ha requerido más información a ambos grupos para completar sus folletos, que ahora sí cumplen con todos los requisitos. Su aprobación supone el comienzo inmediato de las ofertas de venta de acciones, cuya duración es de tres semanas.

Por lo tanto, los dos grupos están dispuestos a dar el salto al parquet en las condiciones más difíciles posibles. Dicho de otra forma, han ligado el éxito de sus salidas a bolsa a la aprobación del segundo plan de rescate de Grecia. Si las ofertas de acciones arrancan ya para que dentro de tres semanas ambos grupos estén cotizando en bolsa, Bankia y Cívica estarán jugándose su futuro mientras Europa y el FMI deciden si hay salvación para Grecia o si, por el contrario, se confirma el tan temido default del país heleno.

Dedos cruzados

“Si Grecia sale adelante, las dos operaciones seguirán siendo dificilísimas, por las valoraciones que exigen los inversores y la falta de apetito por España van a obligar a un gran esfuerzo. Pero si el rescate de Grecia salta por los aires, los mercados se vendrán abajo y el fracaso de las salidas a bolsa estaría asegurado”, explican en medios financieros.

Por lo tanto, en los cuarteles generales de Bankia y Banca Cívica abundan los dedos cruzados. El parlamento griego vota hoy si se aprueba o no el durísimo plan de ajuste que exigen Europa y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Un sí lo más consensuado posible activará el quinto tramo de ayudas que permitiría al país pagar las nóminas y las pensiones de julio y evitar la suspensión de pagos.

La situación es límite porque la división política afecta incluso a las filas socialistas en el poder. El primer ministro Yorgos Papandréu trata de convencer a algunos de sus diputados de la necesidad de aprobar las medidas de choque a toda costa.

Máxima tensión

El de hoy será el primer capítulo de un serial de altísima intensidad. El Eurogrupo no decidirá hasta domingo día 3 de julio si libera las ayudas y no será hasta los días 11 y 12 de julio cuando el Eurogrupo y el EcoFin decidan si se procede al segundo rescate de Grecia, valorado entre 100.000 y 120.000 millones de euros.

Es decir, mientras los inversores dan sus órdenes de compra de acciones de Bankia y de Cívica y los equipos de ambas cajas están en plena campaña para convencer a los inversores particulares e institucionales de las bondades de la operación. Si los folletos de ambas ofertas se aprueban hoy, ambos grupos estarían cotizando el 20 de julio, día arriba, día abajo.

Es decir, cuando muchos grandes inversores han cerrado sus carteras y están de vacaciones. Por lo tanto, Bankia y Banca Cívica están corriendo una durísima contrarreloj en la que ya no puede fallar nada. Cualquier pequeño retraso demoraría la operación como mínimo hasta la vuelta del verano. Pero todo depende ahora del parlamento griego. “Todos los escenarios son posibles. Hoy se decide todo”, aseguran en unos de los brokers que participan en la operación.

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