Abanca gana 330 millones y explora la compra de bancos en Europa y Latinoamérica

La morosidad mejora hasta situarse en un 8,6%, por debajo de la media del sector, pero los márgenes siguen cayendo

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«Ha sido un año fundamental, en el que se consolida el proceso de reestructuración que hemos llevado adelante. Tenemos los mimbres para continuar con nuestro programa». Así se pronunciaba Juan Carlos Escotet en la presentación de resultados de Abanca, prolija en palabras de confianza sobre la solvencia de la entidad y sobre el compromiso «a muy largo plazo» de Banesco con el banco que emergió de la quiebra de las antiguas cajas gallegas. 

Abanca logró un beneficio neto en 2015 de más de 330 millones, una cifra sensiblemente inferior a los 1.157 que había obtenido hace un año por la activación de créditos fiscales. Escotet zanjó que, pese a tener créditos fiscales por activar, la directiva no lo consideró necesario. De esta cuantía, 99 millones proceden de extraordinarios, 49 más que en el ejercicio anterior, y corresponderían básicamente a la venta de participadas en inmuebles. 

Crédito y morosidad 

La entidad concedió 11.444 millones de nueva financiación, lo que dio pie a un crecimiento neto del crédito del 4,1% en términos interanuales. «Creemos haber sido una contribución fundamental al crecimiento del PIB y a la creciente demanda de actividad empresarial, lo que forma parte de nuestra filosofía e identidad bancaria», señaló el consejero delegado, Francisco Botas. 

La captación de recursos de clientes minoristas también mostró un comportamiento positivo, con un crecimiento del 5,3%, con una actividad creciente en fondos de pensiones, planes y seguros de ahorro. La morosidad se situó en el 8,6%, por debajo de la media del sector. «La calidad del riesgo tiene una mejora relevantísima. El ratio de mora se sitúa por debajo de la media del sector. Los niveles de cobertura del 63% también están por encima de la media del mercado. La solvencia es nuestra obsesión», zanjó Escotet. 

El saldo de dudosos del banco se redujo en algo más de 1.000 millones a lo largo del año. 

Los márgenes se estrechan 

Esas son las cifras positivas que hacen que Abanca esté orgullosa de su posición. Tenía a cierre de ejercicio una cuota de mercado del 31% del crédito y el 41% de los depósitos, una holgura de capital de más de 1.500 millones sobre las exigencias regulatorias y una liquidez por encima de los 10.000 millones. 

Hay otras que no son tan buenas, como la recurrente caída del margen de intereses y el margen bruto. Abanca defiende que está centrada en mejorar el margen comercial «porque los clientes no tienen suelo desde 2013». «Y este no ha dejado de crecer», zanjó Botas, aunque en el último ejercicio lo hizo tímidamente, en tres millones de euros. 



Abanca sigue de compras 

Pese a todo, Escotet se siente fuerte. Admitió que había explorado la posibilidad de adquisiones en España y que ese plan de expansión no está aparcado ni por la inestabilidad política ni por la volatilidad de los mercados. 

«Efectivamente nosostros hemos explorado por la holgura de capital y nivel de solvencia que tenemos. No descartamos la posibilidad de alguna adquisición. Hemos querido ampliar el análisis de esas posibles opciones en España y en el extranjero. La compresión de márgenes y el comportamiento del Euribor ha traído consecuencias en la rentabilidad de los bancos. Creemos que tenemos una capacidad instalada lo suficientemente competitiva para abrirnos frente en otros mercados que nos aseguren mayor rentabilidad y eficiencia y mejores oportunidades. La posibilidad de llevar alguna adquisición en el extranjero la estamos considerando seriamente y está alineada con la estrategia del banco», expuso el vicepresidente de Abanca. 

Que se forme gobierno, pero sin agobios 

Piensa Escotet sobre todo en Latinoamérica, un espacio natural para el banquero, pero sin descartar España ni Europa, principalmente esta segunda, pues creen que pueden obtener mejores oportunidades más allá de la frontera. Para el presidente del Grupo Banesco, la sociedad gallega ha entendido que Abanca es un proyecto a largo plazo y eso se ha visto respaldado en la captación de recursos y clientes. No hay debate, a su juicio. 

Y ni siquiera le preocupa demasiado las dificultades para la formación de un nuevo Gobierno en España. «El aplazamiento puede ralentizar la inversión, por eso nosotros hacemos votos para que esos acuerdos ocurran en el menor tiempo posible. Diría sin embargo que nuestra visión de largo plazo no cambia en absoluto. Estamos en un trance perfectamente superable. Los estructurales macroeconómicos nos dan mucha tranquilidad y no vemos razones para que se vean comprometidos en el futuro».

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