Viriato: «Está claro que la empresa es viable»

El primer ejecutivo de la empresa, Alejandro Ríos, teme que la entrada en preconcurso afecte a la relación con sus clientes, pero asegura que con un ritmo normal de ingresos podrán saldar las deudas

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A Viriato le jugó una mala pasada el calor. Un último trimestre de año excesivamente cálido mermó las ventas y golpeó una tesorería debilitada. Los socios de la histórica empresa de Ordes, que está a punto de cumplir 60 años de trayectoria, habían puesto sobre la mesa un plan de reestructuración para cambiar el modelo de negocio, que incluyó la aplicación de un ERE para 40 empleados y la recapitalización de la empresa, proceso en el que colaboraron significativamente la Xunta, a través de Xesgalicia, y el Pastor.

Con el nuevo proyecto en marcha, buscando reforzar los mercados internacionales y ampliar el público objetivo con una nueva marca de moda joven, llegó el calor y una deuda pendiente con Hacienda de unos 350.000 euros que había que pagar.  Consultó a sus asesores Alejandro Ríos y le recomendaron solicitar el preconcurso de acreedores ante el riesgo «inminente» de embargos «para proteger a la empresa». «Si nos bloquean los ingresos sería letal», zanja el primer ejecutivo de la firma.

Empresa viable, pero preocupada

Para Ríos la empresa es a todas luces viable. De hecho, asegura que con los propios ingresos que genera la textil bastaría para saldar la deuda, siempre que hubiera más tiempo. Ahora está preocupado por los efectos que tenga el preconcurso, una vez ha salido a la luz pública, en la relación con los clientes. «Que se exteriorice este tema hace mucho daño a la empresa (…) Lo ideal es no apelar a este tipo de figuras, porque puede hacer que tu relación con los proveedores cambie. A partir de este momento te pueden exigir una operativa al contado que supongan unas necesidades de liquidez excesivas», expone.

El directivo contó con el apoyo del comité de empresa, que controla Comisiones Obreras, y que mostró su respaldo ante los técnicos de  Hacienda, como una manera de hacer ver «que la masa salarial estaba preocupada y estaba unida con la empresa para poder resolver la situación«. Sin embargo, las negociaciones pincharon por una cuestión «normativa».

La mejor relación con Hacienda

«Tengo el mejor de los tratos con los diferentes funcionarios con los que hemos hablado. Si nos toman como un cliente, los cierto es que hemos cancelado gran parte de nuestra deuda (1,5 millones en un año). Pero tienen una reglamentación donde las garantías que la compañía tiene que aportar para acceder a un plan de pagos tienen que ser de primer rango y las garantías que pueden aportar los socios tienen cargas. El sistema no lo permite», explica Ríos.

El directivo lamenta el bloqueo burocrático y asegura que Hacienda también. «A ellos les duele porque hemos estado en un trato constante y pocas compañías llegan con la voluntad de pago que llegamos. Es una pena que por estas circunstancias se ponga en riesgo la operatividad de una empresa», expone.

¿Cómo se llegó hasta aquí?

Viriato es una marca de prestigio, también más allá de la frontera española. La textil vende en Italia, Francia, Japón, Hungría, Italia, Francia o Portugal. Era la marca que «vestía a nuestras madres y nuestras abuelas», según la define Alejandro Ríos, pero es necesario que sea algo más.

La empresa empezó a notar de manera decisiva la presión del precio en un mercado muy competitivo. «Nuestras trabajadoras son artesanas del punto, trabajos de gran calidad, pero hay competencia que coloca un producto más económico en el mercado y hoy el precio es muy importante. Tradicionalmente no nos afectaba, pero la dependencia de un cliente que compra un gran volumen de producto, como es El Corte Inglés, hacía que parte de nuestra producción se entregase por debajo de costes. Eso no se puede sostener en el tiempo», explica Ríos.

La Viriato que está por nacer

Ante las dificultades, Viriato optó por un cambio en el modelo de negocio. «Estamos en un proceso de traslación, tratando de llegar a un cliente más joven. Se trata de trasladar ese saber hacer, esa calidad indiscutida, a una generación más joven». Para ello estudian el lanzamiento de una nueva marca que acompañe a la nueva línea de producto.

El otro objetivo, de la mano con el anterior, es crecer en todos los mercados internacionales. Especialmente en Italia, plaza que genera el 10% de las ventas y donde Viriato siempre ha tenido muy buena acogida, y en Francia. La compañía factura en torno a los 10 millones de euros anuales.

Finalmente, también procuran primar la calidad del producto en la relación con El Corte Inglés, evitando entrar en todas las promociones para no dañar los márgenes.

Nueva estructura

El desarrollo de este plan de negocio está en manos de una cúpula renovada, con incorporaciones en diseño, nuevo responsable de producto y reestructuración del departamento comercial, ahora dirigido por el propio Alejandro Ríos. Entre los nuevos nombres están el ex de Deutsche Bank, José Luis Pecci, como director adjunto de la firma, u Olga Arias, como directora de producto, procedente de Nanos.

«Dentro de los ajustes planteados en el ERE estaba también el ajuste en la dirección para generar ahorro y para que vean los trabajadores que todos apostamos por el proyecto. Hemos hecho una organización más horizontal y no tan vertical. Yo creo que las estructuras horizontales son las mejores para involucrar a todo el mundo».

La transformación de la empresa se encontró con la encrucijada todavía por resolver con Hacienda. Viriato genera más de 100 empleos directos y trabaja con talleres del cinturón de Ordes y del norte de Portugal. «Ordes es Viriato», llega a decir Alejandro Ríos cuando habla de la tradición textil de la comarca, haciendo referencia al negocio que impulsó el empresario Viriato Lamas. «Tenemos una potencia de marca que excede España», asegura.

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