Villar Mir quiere romper en Galicia un negocio de 20 millones de beneficio al año

La rentabilidad de las centrales hidroeléctricas se redujo a la tercera parte tras la reforma energética, pero sumada a la actividad de las fábricas, constituye uno de los motores del grupo, que repartió 25 millones en dividendos en el último ejercicio

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El cartel de se vende que ha puesto el grupo de Juan Miguel Villar Mir sobre las centrales hidroeléctricas gallegas, provocando la movilización de los vecinos de Cee y Dumbría y el encierro en el Concello de los trabajadores, no encuentra justificación en las cifras económicas del complejo industrial y energético gallego, con elevadas cotas de rentabilidad en los últimos tres años, en los que ha reportado, curso tras curso, más de 20 millones de beneficio al conglomerado del ex ministro.

Ferroatlántica SAU, que recibe dividendos de una docena de filiales repartidas por zonas tan distanciadas como Venezuela o México, relata en su memoria las cifras desagregadas de su negocio original, que englobaría las plantas de Cee, Dumbría y Sabón –además de la cántabra de Boo– y las centrales hidroeléctricas que despliega, fundamentalmente, a lo largo del río Xallas.

En los tres últimos años, la conjunción de las ferroaleaciones con la división energética, que debería segregarse para abordar la potencial venta, han registrado un resultado positivo de 20,6 millones en 2015, de 22,4 millones en 2014 y de 20,3 millones en 2013. En el último ejercicio cerrado, Ferroatlántica repartió 25 millones en dividendos al grupo con cargo a sus beneficios.

Las centrales ganan tres veces menos

Los argumentos de Ferroatlántica para romper tan provechoso negocio los apuntó el presidente Pedro Larrea, al reivindicar que era «una oportunidad única» para el futuro de la compañía al asegurar que las plantas metalúrgicas son rentables por sí mismas y que la inyección de liquidez permitiría acometer inversiones. Anunciada está la de 42 millones en una nueva fábrica en Sabón enfocada en la producción de silicio para la industria fotovoltaica, pero además Villar Mir tiene varios proyectos inmobiliarios y de infraestructuras en curso.

Al mismo tiempo, desde la empresa filtraban que los ingresos procedentes de las centrales suponen un porcentaje pequeño del negocio de Ferroatlántica. El año pasado, la facturación de la división energética ascendió a 19 millones, frente a los 27 millones de 2014. La caída, según la empresa, se debió a un clima más seco, al recorte de las primas a las renovables que mermaron un 30% los ingresos, y a la parada en la central de Castrelo en el río Xallas, que destruyó para su construcción bosques protegidos, según denunciaron en su momento biólogos de las tres universidades gallegas.

El recorte a las renovables

Los números indican que Villar Mir pone a la venta las centrales cuando sus beneficios se han reducido a la tercera parte. Así, según la memoria de Ferroatlántica, las ganancias de las hidroeléctricas gallegas pasaron de los 9,6 millones de 2014 a solamente 3 millones en 2015.

«Esta disminución del beneficio de la división de Energía se debe a la reducción de precios en el pool por el incremento de generación de energía en España, la reducción de las primas a las energías renovables y el coste de las liquidaciones por el cambio del sistema», dice la empresa, que no prevé mejoría para este año.

De hecho, la estimación para el presente curso es de un beneficio de 3,7 millones para las centrales hidroeléctricas, lejos de los 9,6 millones de 2014, o de los más de 10 millones que aportó ese mismo año Hidro Nitro, la filial que controla las centrales hidráulicas en Aragón.

Las plantas aportan el grueso de las ganancias

Pero hay otras motivaciones para la venta de las centrales. Por ejemplo, la elevada deuda del grupo –que a mitad de año rondaba los 14.000 millones– la inestabilidad de sus activos financieros, como Colonial o Abertis, o los problemas de OHL en México.

A pesar de estas cuitas, lo cierto es que el equipo formado por las centrales y fábricas está funcionando bien. Ferroatlántica estimó para este curso unos beneficios de 15,7 millones, de los que 12 procederían de la división de electrometalúrgica, en la que se encuentran las plantas gallegas. 

Los trabajadores de estos centros, atemorizados por la segregación y venta de las centrales, están encerrados para presionar a la Xunta, que debe pronunciarse sobre la separación de los negocios al haber otorgado multitud de concesiones a Villar Mir en el Xallas para la explotación hidroeléctrica. El comité de empresa espera a que Núñez Feijóo se decida a recibirlos tras numerosas peticiones que no fueron atendidas.

El grupo gana más de 40 millones

Ferroatlántica SAU depende directamente de Grupo Ferroatlántica y tiene como matriz la misma que Ferroglobe, Grupo Villar Mir. La empresa controla directamente el negocio metalúrgico donde se engloban las plantas gallegas y las centrales hidroeléctricas. Además, percibe dividendos de una docena de filiales, entre las que está la empresa que gestiona las centrales de Aragón, Hidro Nitro, también en proceso de venta.

En conjunto, Ferroatlántica logró una cifra de negocio de 386,8 millones y unos beneficios de 43,3 millones en 2015.

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