Un nuevo auto judicial frena a Clesa en Cacaolat

El juzgado que instruye el concurso de acreedores de Cacaolat deniega la inhibición que le solicita el juez responsable de Clesa y prosigue con la venta del patrimonio de Cacaolat. Las aspiraciones económicas de Clesa sufren un serio revés

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El concurso de acreedores de Cacaolat ha derivado en una batalla judicial que enfrenta a un juzgado de Barcelona con otro de Madrid. Para más señas, esta controversia podría trasladar la contienda a ámbitos extrajudiciales.

El hecho es que los magistrados Francisco Javier Vaquer, titular del juzgado mercantil número seis de Madrid donde se instruye el concurso de acreedores de Clesa, y Enrique Grande, del juzgado mercantil número uno de Barcelona que sustituye al juez titular del proceso de Cacaolat, han abierto un cruce de autos para defender el valor de los activos de sus respectivas empresas tuteladas.

El 3 de agosto, Vaquer dictó la venta anticipada de las acciones que Clesa posee de Cacaolat (el 95% del capital) por un mínimo de 20 millones y, al mismo tiempo, envió a Barcelona un auto en el que pedía a su homólogo, Grande, que se inhibiera del proceso de “enajenación de bienes y derechos mercantiles” de Cacaolat y que suspendiera, entre otras acciones, su venta para derivarla a Madrid por acumulación de actuaciones concretas en dos procesos, que en Madrid entienden como único.

La respuesta fue inmediata. El juez barcelonés, a las pocas horas de recibir la petición de inhibición, dictó un contundente auto con el que ha frenado en seco las pretensiones de Vaquer para Cacaolat. Este lunes, el nuevo auto aún no había sido recibido en el juzgado de la capital española y se anunció la operación para empezar a recibir ofertas por la participación de Clesa.

De materializarse la venta del 95% del capital social de Cacaolat según los planes de Vaquer, Clesa dispondrá de liquidez para hacer frente a las deudas contraídas con sus acreedores, entre ellos los trabajadores, a quienes debe tres meses de salarios atrasados y la indemnización mínima legal.

El auto que proteje a Cacaolat

Sin embargo, Grande ha mandado al traste esta operación al reafirmar su competencia sobre el proceso y al anunciar que seguirá con la venta del patrimonio de Cacaolat a los cuatro grupos interesados. “El juez que conoce aquel concurso –en referencia a Vaquer, de Clesa– podrá disponer de las acciones de Cacaolat, pero en ningún caso de sus bienes –incluida la marca– y derechos ”, escribe Grande en el auto al que ha tenido acceso Economía Digital.

“El patrimonio de Cacaolat es garantía –continúa el juez– de sus acreedores y mientras no se alce el velo –acción por la que los accionistas responderían con todos sus bienes de las deudas de la empresa–, en ningún caso de los acreedores de su sociedad matriz (Clesa)”, zanja el juez responsable de la empresa de batidos. Con esta decisión, Clesa sufre un serio revés al venderse en Barcelona la parte productiva de Cacaolat, donde descansa el valor real de la empresa, en favor de sus acreedores.

El momento decisivo

El auto que pone a la venta precipitada el 95% del capital de Cacaolat  propiedad de Clesa se comunica al mercado a los pocos días de que se hayan recibido ofertas en firme para adquirir las instalaciones productoras así como los derechos industriales de la firma catalana.

Pero siguiendo con el calendario fijado por el juzgado barcelonés, Vichy Catalán, Capsa –propietaria de Central Lechera Asturiana–, Victory, en representación de Cobega, y un grupo de antiguos ejecutivos de Cacaolat participarán desde este martes en la due diligence que abre formalmente el proceso de puja por estos activos.

De esta manera, los aspirantes a controlar la marca catalana, tendrán acceso a la información mercantil de la empresa y deberán presentar una oferta formal y vinculante o bien retirarse de la puja el 16 de septiembre, día decisivo para el futuro de la compañía.

Estos cuatro pretendientes ya han depositado los avales de tres millones que les exigía el juzgado barcelonés así como los 750.000 euros en efectivo hasta totalizar los tres millones que urgían a Cacaolat para recuperar la normalidad. De hecho, los administradores ya disponen de esa inyección de liquidez, por lo que Cacaolat pondrá en marcha de nuevo la planta de Zaragoza en pocas semanas, según ha podido saber Economía Digital.

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