Ultimátum de Feijóo a Alcoa: “Aún está en plazo de rectificar”

El presidente gallego asegura que pedirá la intervención de la planta de San Cibrao si Alcoa se niega a la venta a Liberty o al SEPI y se acredita "mala fe"

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Alberto Núñez Feijóo desvela sus cartas por Alcoa. El presidente de la Xunta ha asegurado en el Parlamento de Galicia que presentará una petición formal para intervenir la planta de aluminio de San Cibrao en el caso de que se acredite que Alcoa actúa de “mala fe” y se niegue a vender la factoría para “eliminar un competidor”.

Feijóo ha defendido la colaboración seguida con el Gobierno central en estas últimas semanas, al que, por el contrario, le ha afeado que no haya aprobado el estatuto para la industria electrointensiva, y ha recalcado que Alcoa está «en plazo de rectificar» y vender la fábrica bien de forma directa a Liberty House o bien a la SEPI, para que luego la empresa pública se la revenda. En este sentido, ha dicho que hasta agotar estas vías, la fábrica no se puede intervenir, por lo que esta acción esta supeditada a que fracasen los dos pasos anteriores.

Críticas de Ana Pontón

Feijóo ha respondido así en una sesión de control en la que la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, exigió conocer si el Gobierno gallego «trabaja ya» en la «intervención» de la fábrica de aluminio primario que el BNG viene defendiendo en los últimos meses.

Sobre este punto, Feijóo insistió en que hay que agotar las vías previas a la intervención, porque son las garantías de «un estado de derecho». «Para usted, el estado de derecho es solo una canción», le ha comentado a Ana Pontón, antes de aseverar que «no se puede intervenir mientras no se acredita que se hicieron todos los procedimientos».

Ana Pontón ha expresado su «apoyo y solidaridad» con toda la comarca de A Mariña y ha destacado el «compromiso y unidad» de los trabajadores de Alcoa para «no permitir que una multinacional entierre su futuro y el de sus hijos». «Los trabajadores estuvieron a la altura», ha subrayado Pontón, quien ha acusado a la empresa de «querer cerrar porque no quieren competencia». «Es más, actuó con mala fe, prepotencia y chulería, y quiso dejar claro que está por delante de la Xunta y del Gobierno del Estado», ha remarcado. «Cada día que pasa es un día que gana Alcoa para cerrar cubas y despedir a los trabajadores», ha advertido la dirigente nacionalista, quien ha vuelto a insistir en que la intervención es «viable, legal y posible»: «solo se necesita voluntad política».

Cruce de reproches

Feijóo, por su parte, ha acusado al BNG de no haber estado «a la altura» en la defensa de los intereses de los trabajadores de Alcoa, ante lo que la portavoz del Bloque le acusó de tener «la cara de cemento armado» por decir esto. El presidente de la Xunta justificó sus acusaciones en el acuerdo que firmó el BNG para dar su apoyo a la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno central.

El presidente de la Xunta también apeló a que la postura de su gobierno ha sido la misma desde el principio y que desde octubre de 2019 viene pidiendo un estatuto electrointesivo porque, de no contar con él, se abocaba al «cierre» de Alcoa. Así, subrayó que en febrero, cuando se presentó el borrador, Galicia, Cantabria y Asturias expresaron su disconformidad por cómo estaba redactado y, en mayo, Alcoa anunció el cierre.

«Claro que estuvimos a la altura y seguiremos a la altura. La pregunta es si el BNG está a la altura», ha reprochado Feijóo, en una acusación al Bloque de haber «engañado» con el pacto de Gobierno. Ana Pontón le contestó que «estuvo callado» cuando su partido aprobó un «marco energético que puso contra las cuerdas» al sector en el conjunto del Estado y le afeó que «votase sistemáticamente» en contra de una tarifa eléctrica gallega en los últimos años, como pidió el BNG.

Pontón también le echó en cara que «esté obsesionado con el acuerdo con Pedro Sánchez». «Lo entiendo porque tiene mala conciencia», ha ironizado Pontón, quien ha advertido que él «no puede enseñar ningún acuerdo porque tiene diez diputados secuestrados en la estrategia de Pablo Casado»: «Diez años de sumisión y de incapacidad para defender los intereses de Madrid».

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