Tino Fernández critica la “sobreinformación” tras los líos de Altia

El presidente de Altia asegura que mantendrán la “sobriedad” y la “discreción” como principios tras las investigaciones a la empresa

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Altia, la consultora tecnológica del presidente del Deportivo, cerró su último ejercicio con una cifra de negocio de 69,3 millones, un 7% más, y unos beneficios de 6,7 millones, un 10% superiores al año 2017. Las cuentas de la empresa, presentadas este lunes al MAB, dan por cumplidos los objetivos fijados a comienzos de 2018, poniendo fin a dos años de recorte en el beneficio y logrando un crecimiento del ebitda del 11%, hasta los 9,8 millones.

Tino Fernández asegura que son cifras “bastante por encima de la media del sector”, que permiten a la empresa encarar con optimismo los cambios “inevitables y profundos” en un mercado que tiende a “organizaciones con mayor dimensión”. Así se expresa en la carta que todos los años, a cierre de ejercicio, dirige a accionistas e inversores, coincidiendo en esta ocasión con el 25 aniversario de la compañía con sede en Oleiros (A Coruña).

Información «no bienintencionada»

Además del guiño a posibles compras, la misiva del presidente de Altia también ratifica el compromiso con la transparencia de la empresa, unas semanas después de que trascendieran el expediente sancionador abierto por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) a la empresa por concurrir de manera concertada con otras compañías a licitaciones públicas y la investigación de la Fiscalía Anticorrupción por posibles irregularidades en los contratos de servicios informáticos del Imserso.

“Ante un entorno cada vez más exigente en transparencia, atención a los grupos de interés, cumplimiento normativo y relación con organismos supervisores, quiero destacar dos valores en los que creemos y que consideramos que también deben inspirar nuestra actuación. Se «trata de la sobriedad y la discreción”, dice Tino Fernández.

No solo eso. El presidente de la consultora también carga contra la “existencia de sobreinformación, que en numerosas ocasiones es de discutible calidad, de asimetría entre las buenas y las malas noticias y su respectivo tratamiento, de innumerables canales que concurren y a los que es imposible atender y ni siquiera seguir, y de actuaciones no siempre nobles o bienintencionadas”.

Frente a esto, Altia dice no querer “contribuir a la saturación ni propiciar confusiones o ambigüedades”. “Es imprescindible que la información parta de unos procesos internos integrados y que los mensajes reflejen de manera coherente nuestros objetivos, estrategias y valores, con un profundo respeto al receptor de la información”, asegura Tino Fernández.

El 25% de los ingresos vienen de contratos públicos

La consultora recibe de las administraciones públicas el 25% de sus ingresos y conforma numerosas UTEs para competir por contratos públicos. En los dos procesos abiertos por posibles irregularidades coincide con Indra, una de las empresas que acaba de ser sancionada por la CNMC por amañar concursos de Adif. El negocio de Altia está fundamentalmente en el mercado español, que supone un 76% de su facturación. Las plazas internacionales aportaron 15,8 millones de ingresos, un 23% del total.

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