Stolt Sea Farm dispara un 30% las ventas de sus seis plantas gallegas

La filial gallega del grupo noruego elevó su facturación hasta los 84 millones en 2018 gracias al tirón de ventas en la Unión Europea

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Nuevo salto de Stolt Sea Farm. El gigante noruego de la acuicultura saca provecho de sus seis piscifactorías en Galicia y dispara un 30,3% la facturación de su filial en España, que el año pasado vio cómo su cifra de negocio se elevaba ya hasta los 83,8 millones de euros gracias al filón de las ventas en el exterior.

Este crecimiento ha venido tanto de la mano del mercado español, en donde sus ingresos pasan de 29,9 a 35,6 millones de euros, como, sobre todo, del resto de Europa, donde logra el gran estirón a su cuenta de resultados. Si en 2017 facturaba 29,7 millones de euros en el mercado comunitario, en 2018 esta cifra se ha incrementado ya hasta los 43,1 millones, dando así el sorpasso al mercado doméstico.

La losa de Islandia

Pese a este empujón a su cifra de negocio, Stolt Sea Farm (dueño de las marcas Prodemar, King Turbot, King Sole y Sterling Caviar) vio cómo, por el contrario, sus beneficios se movieron en dirección contraria a sus ingresos. En concreto, la filial gallega del grupo noruego sufrió un recorte de ganancias del 32%, al pasar de 5,46 a 3,69 millones de euros, de los cuales tres millones irán destinados a dividendos para sus accionistas.

La razón de este tijeretazo en su cuenta de resultados se encuentra en su filial islandesa, que el año pasado cerró con pérdidas de 3,4 millones de euros el año pasado. A ella la renovó un préstamo por valor de 6,5 millones de euros en verano de 2017 a cambio de unos intereses del Euríbor y un diferencial de 2,5 puntos porcentuales hasta 2022. Sin embargo, “la sociedad ha deteriorado este crédito en 3.400 miles de euros [3,4 millones de euros]”, asegura la compañía en su memoria anual.

De no haber dado este bocado a su cuenta de resultados, el beneficio de Stolt Sea Farm con sus seis centros de producción gallegos se habría elevado por encima de los ocho millones de euros y habría conseguido superar a su gran rival en Galicia: Nueva Pescanova, que cerró 2018 con un beneficio neto de 5,4 millones de euros.

Su ‘puzzle’ de concesiones

La compañía creció en ingresos y en plantilla (pasó de 222 a 241 empleados medios durante el año) en un 2018 en el que le caducó la concesión de una de sus seis granjas marinas. Se trata de la de Palmeira (Ribeira), cuya concesión venció en 2015 y sobre la que el año pasado le fue denegada la prórroga que la compañía reclamaba. La decisión definitiva se conocerá en unos meses, una vez que los tribunales resuelvan el recurso presentado por Stolt Sea Farm.

En una situación idéntica pasarán a encontrarse sus piscifactorías de Quilmas y Lira, ambas en el concello de Carnota, cuyas concesiones expiran en 2019 y 2020, respectivamente. Mayor blindaje tienen sus granjas de Cabo Vilán (Camariñas), Merexo (Muxía) y Couso (Ribeira), ya que a la primera le caduca la concesión en 2031 y a las dos últimas, en 2038.

Es precisamente la planta de Merexo, la que cuenta con el horizonte más despejado, a la que más inversiones se han dedicado a lo largo del 2018. A ella se han destinado casi un millón de euros para su nueva reproductora de lenguado (su activo estrella junto al rodaballo) y la ampliación de instalaciones.

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