Soria tiene en vilo a Alcoa, Celsa, Ferroatlántica y Megasa

Además de frenar el concurso eólico, los cambios normativos paralizan las inversiones en Galicia de los grandes consumidores eléctricos

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A los calentones de Iberdrola, el primer productor eólico en Galicia por potencia instalada, y Endesa, con 138 megavatios adjudicados en el concurso de la Xunta pendientes de instalar, se van sumando empresas que, con mayor o menor intensidad, critican la reforma energética del Gobierno. No solo debido al recorte en las primas que ha frenado el reparto de megavatios de Núñez Feijóo, cuando menos, hasta que se aclare el nuevo marco de retribuciones a las renovables. También los grandes consumidores de energía están en vilo tras la reforma de las tarifas reguladas y algunos ya han anunciado la paralización de inversiones en España, al encontrar más allá de la frontera precios más competitivos.

La cuestión no es baladí para Galicia. En ese grupo están Ferroatlántica, Alcoa, Megasa, la catalana Celsa e, incluso, Cementos Cosmos, la cementera controlada por Votorantim que mantiene prácticamente sin actividad su panta de Sarria, aunque por otros motivos. Todas ellas forman parte de la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE) y desde ese marco han llamado a la puerta del ministro Soria para pedir explicaciones sobre tanto cambio normativo.

“Riesgo regulatorio”

En ese foro, Ferroatlántica anunció que, si bien mantendrá su actividad industrial, su crecimiento, es decir, su inversión, no será en Galicia, a pesar de contar con fábricas en Arteixo, Dumbría y Cee, además de un negocio eléctrico con mini centrales que se despliegan por el río Xallas y en la comarca de Bergantiños.

También participó en las jornadas de mayo la presidenta de Alcoa España, la mariñana Rosa García. La multinacional estadounidense, con plantas en Lugo y A Coruña, amenazó hace tiempo con marcharse lejos si no conseguía una mejora en las tarifas eléctricas. La consiguió, con un sistema de bonificaciones que la favorece y que entró en vigor con el arranque de 2013. Pese a ello, García reconoció que la regulación europea “ha producido una desconexión entre los costes de energía de la UE y el resto del mundo” y definió como de “riesgo regulatorio” la situación actual.

Castigo para Megasa

Alcoa, al igual que Ferroatlántica, fue una de las beneficiadas de los cambios normativos de 2012, que ofreció primas mayores a los consumidores más grandes. A su vez, les perjudicó la reforma en el mecanismo de interrumpibilidad, una bonificación millonaria por desconectarse del sistema eléctrico en caso de que la red lo necesite ante un exceso de demanda y que es uno de los grandes caballos de batalla de las comapañías.

En la batalla de intereses quedó atrapada Megasa, la siderúrgica de la familia Freire, con fábrica en Narón. Sus costes energéticos se dispararon con los cambios en la tarifa mientras que sus competidores, con mayor potencia contratada, rebajaban su factura de la luz. Entre ellos estaba la catalana Celsa, con planta en A Laracha (A Coruña), que elevó su potencia contratada para beneficiarse de las bonificaciones. La familia Freire amenazó con echar el cierre en Narón al no poder competir. Finalmente, como tantos otros, decidió esperar a conocer los detalles de la reforma eléctrica de Soria para tomar su decisión, mientras la patronal en la que se engloba, Unesid, llevaba el nuevo sistema de interrumpibilidad a los tribunales.

Las recomendaciones de Alcoa

¿Se puede contentar a todos? De los grandes consumidores eléctricos dependen en Galicia, además de las inversiones, miles de empleos, entre directos e indirectos. Tanto Ferroatlántica, como Celsa y Alcoa han aplicado expedientes de regulación (ERE) en sus plantas gallegas durante la crisis, algunos de ellos, todavía en marcha..

El partido se juega en dos campos, el marco de retribución a las renovables, que mantiene en el aire el concurso eólico de la Xunta, y el sistema de interrumpibilidad. Por si acaso, Alcoa ya ha ofrecido sus consejos. Rosa García señaló que será necesario “desarrollar nuevos productos” que permitan prever los ingresos en un periodo “de 3 o 5 años” y combinarlos con otros anuales que faciliten el “incremento de producción de las empresas”.

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