Soria, a punto de decidir el futuro de Megasa y Alcoa

Las plantillas de una y otra empresa tienen claro que las nuevas pujas eléctricas que plantea el Ministerio de Industria serán cruciales para la viabilidad de ambas compañías

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Las grandes consumidoras eléctricas de Galicia, como Alcoa y Megasa entre otras, llevan tiempo con sus inversiones prácticamente paralizadas. Quieren esperar y ver qué ocurre con los últimos flecos de la reforma eléctrica del Ministerio de Industria. Sobre todo con el nuevo sistema de subasta que regirá la interrumpibilidad. Tienen claro que su futuro depende de ello.

La interrumpibilidad consiste en un pago del Gobierno a los grandes consumidores de energía a cambio de que estos detengan su actividad y se desconecten de la red eléctrica en momentos de exceso de demanda.

Cambios en agosto

El presupuesto para la interrumpibilidad ha menguado. El Ejecutivo ha rebajado las primas de 748,9 millones de euros a 550 millones. Además, este verano ha introducido una serie de cambios en la norma que estructura estas ayudas. Serán las empresas las que pujen para ofrecer este servicio. Tanto en bloques de 90 megavatios como en otros más pequeños de 5 megavatios.

La última resolución de Industria establece un procedimiento competitivo entre los grandes consumidores, de modo que los ofrezcan los precios más económicos por el coste del megavatio interrumpible accederán a la prestación del servicio. Cada bloque energético será subastado en una puja de precio descendente, bajo la supervisión de Competencia.

El mismo presupuesto para más tiempo

Desde la planta de Alcoa en A Coruña, Nazario Arias, de CCOO, explica que “todo parece parado” hasta que se concrete la subasta de energía. Las inversiones se han reducido notablemente. “Hay que ver cómo concluye todo esto”, dice. La planta coruñesa fue segregada a principios de año del negocio de Alcoa Inespal en A Coruña, desatando en la plantilla una considerable alarma.

Los trabajadores temen que, al margen de la subasta, las grandes empresas del sector lleguen muy justas al final de año. Industria prevé alargar la temporada eléctrica, el período de tiempo en el que se cobra la interrumpibilidad. El dinero a pagar, no obstante, será el mismo. Según publica Expansión, las empresas afectadas creen que este nuevo ajuste podría cuantificarse en unos 100 millones de euros.

La temporada eléctrica tradicional va de octubre a septiembre. Sin embargo, Industria quiere que con el mismo dinero, 550 millones, se paguen también los meses de noviembre y diciembre, ajustando los pagos mensuales. “Muchas empresas llegarán muy asfixiadas a final de año”, reflexionan los sindicatos.

La desventaja de Megasa

La misma intranquilidad que hay en la plantilla de Alcoa se respira en la de Megasa, en Narón. La siderúrgica de la familia Freire está en pie de guerra y forma parte del grupo de empresas que han recurrido la reforma eléctrica, precisamente por el mecanismo de interrumpibilidad.

Megasa cuenta, de partida, con una situación de desventaja mayor que la de Alcoa. A principios del año pasado, el Gobierno retribuía a las empresas con 20 euros por megavatio consumido. Sin embargo, Industria estableció un tramo superior para compañías con un consumo que sobrepasase los 100 megavatios. A estas se les pasó a pagar 35 euros.

¿Se beneficiará a los grandes?

La metalúrgica gallega vio entonces como sus competidores directos, caso de Celsa, estaban en mejor situación que ellos. “Es una clara situación de desventaja”, explica Carlos Bascoy, de UGT, que teme que la nueva subasta en bloques que proyecta Industria vuelva a favorecer a los grandes.

“Tememos que se beneficie, de nuevo, más a los grandes que acudan a las subastas de 90 megavatios, mientras que los precios que se oferten por los paquetes de cinco megavatios, a los que ellos también podrán optar, serán peores”, reflexiona.

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