Sniace, la apuesta de Castellano, culpa al Gobierno de su quiebra

La firma cántabra, que tiene a José María Castellano como consejero, achaca su liquidación al tijeretazo que el Gobierno ultima sobre la cogeneración

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Sniace no ha sido capaz de encontrar la salida a su laberinto. Gema Díaz Real, presidenta de la compañía que tiene a José María Castellano (exconsejero delegado de Inditex) como consejero, ha asegurado que la cúpula de la empresa ha buscado una solución “hasta el último minuto”, pero que nada ha podido hacer ante la “decisión política y quizás ideológica» del Gobierno de España.

Díaz Real ha acusado al Gobierno de dar la puntilla a la empresa con el decreto sobre la cogeneración del Ministerio de Transición Ecológica, que «ha sido insalvable» y «da al traste» con el proceso de transformación que venía acometiendo la empresa en los últimos años después de salir de concurso de acreedores.

Un golpe de 45 millones de euros

Como ejemplo, ha resaltado que el decreto, que contempla un recorte de hasta el 35% en la retribución de la cogeneración, tiene un impacto en las cuentas de la compañía estimadas en 45 millones de euros anuales, además de otros nueve en capital circulante necesario para atender los pagos del proceso concursal en el que aún está inmersa la empresa tras la crisis de 2013.

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También ha recordado que en estos momentos se estaba renegociando parte de la deuda concursal para poder dar continuidad al proyecto industrial, negociaciones que no han fructificado tras conocerse los efectos del decreto sobre la cogeneración, que, además, han forzado que Cogen Energía haya decidido rescindir, a partir del próximo 29 de febrero, su contrato con Sniace para la fábrica de Torrelavega.

Búsqueda de nuevo inversor

Según la presidenta de Sniace, este recorte de hasta el 35% que ultima el Gobierno para la retribución de la cogeneración ha provocado la «drástica decisión» de forzar la liquidación de la fábrica de Torrelavega (Cantabria), pues no se ha podido mantener la confianza de unos inversores con los que se estaba negociando la aportación de 200 millones de euros para continuar el proceso de transformación de la compañía.

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Díaz Real insistido en que Sniace «puede tener futuro» y por ello ha pedido a los casi 540 trabajadores que van a ser despedidos que colaboren para llevar a cabo «una parada ordenada», que deje la fábrica y la maquinaria «en las condiciones óptimas» por si un inversor quiere hacerse cargo de la compañía.

Para Díaz Real, Sniace tiene «un proyecto fantástico» para poner en marcha a partir del 1 de julio una nueva línea de productos biodegradables y dispersables sustitutivos del plástico, «lo que supone que esta compañía tiene y ello puede dar futuro a una comarca -la del Besaya- que se lo merece».

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