Slim no ve un euro de los 1.000 millones invertidos en España

La refinanciación de 4.500 millones de FCC y la aportación de 64 millones para la exclusión bursátil de Cementos Portland, nuevos hitos del empresario azteca para apuntalar el control del antiguo imperio de los Koplowitz

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Se las prometía muy felices el magnate mexicano Carlos Slim cuando hace dos años llegaba a España para tomar el control de FCC y de sus participadas Realia y Cementos Portland.

Pero, de momento, las cuentas no le salen por ningún lado. Y sigue sin recuperar ni un euro de los 1.000 millones invertidos en reflotar estas empresas, ante la ausencia de dividendos. No es mucho para alguien que cuenta con una fortuna superior a los 46.000 millones de euros. Pero es.

Actualmente, la capitalización bursátil de sus participaciones en las tres sociedades asciende a 2.800 millones de euros, incluyendo la prenda del 20% sobre las acciones de Esther Koplowitz en FCC, que el inversor mexicano se agenciará si finalmente la empresaria no puede hacer frente al pago de las deudas contraídas tanto con el propio Slim como con BBVA y Bankia. Excluida la referida prenda, el valor de ese capital supera ligeramente los 2.200 millones.

Pero los negocios no acaban de remontar el vuelo. Los 7.500 millones de euros que, en conjunto, facturaron las tres sociedades al cierre del 2014, se verán reducidos a apenas 6.400 millones al finalizar el presente ejercicio.

Las razones por las que el panorama sigue estancado

En parte, como consecuencia de la crisis económica, que sigue, sobre todo en España, sin recuperar el pulso en construcción e inmobiliario –los dos sectores en los que centran su actividad estas empresas–, pero también, por el lastre que, para las cuentas, supone el alto endeudamiento. En estos dos años, los 7.500 millones de apalancamiento conjunto apenas se han reducido en 1.000 millones.

Deudas que conllevan un brutal coste financiero. Algunas han logrado ser saldadas, como ocurría hace unos meses con el sindicato ligado a la actividad promotora de Realia. Pero otras siguen estando ahí presentes, como sucede con la del negocio patrimonial de la propia inmobiliaria, y, sobre todo, los más de 4.500 millones que sigue debiendo FCC.

Un agujero que el empresario azteca está a punto de refinanciar con un acuerdo con el G-6 (las seis principales entidades financieras españolas) para prolongar el vencimiento hasta 2021 y, de paso, reducir el costoso 4% de diferencial actualmente vigente.

La opción de Aqualia para salvar la situación

En esta ocasión, Slim ha tirado de la filial Aqualia para rematar esta operación por medio de una emisión de bonos superior a 1.300 millones de euros, el paso previo necesario para novar los restantes 3.200 millones.

Además de cerrar esta operación, el empresario azteca también acaba de recibir el visto bueno de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para llevar a cabo la exclusión bursátil de la cementera Portland, otra de las operativas muñida por el magnate mexicano para apuntalar el control sobre el antiguo imperio de la familia Koplowitz.

Dejando al margen el 79,42% del capital que, directa o indirectamente, atesora Slim en Cementos Portland, la opa de exclusión se extiende de forma efectiva a la adquisición de 10,65 millones de acciones, representativas del 20,58% de la cementera.

Como el precio fijado por Cementos Portland es de seis euros, en el caso de que los tenedores de todos estos títulos aceptaran la oferta, Slim tendría que desembolsar unos 64 millones de euros.

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