Seis patronales acusan a la OCU de lanzar informes absurdos y «sin rigor»

Los polémicos estudios de la Organización de Consumidores y Usuarios que recomiendan unas marcas sobre otras ha despertado la ira de los fabricantes

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La Organización de Consumidores y Usuarios, una entidad sin fines de lucro que participa en una red de empresas con sede en Singapur y Hong Kong, ha levantado la ira de al menos seis patronales por la elaboración de estudios en los que alerta sobre malas prácticas o recomienda la compra de algunas marcas sobre otras.  

La patronal de la leche, el aceite, la cosmética, la carne, la cerveza y los talleres mecánicos han denunciado la falta de rigor de los estudios de la OCU que han acabado con conclusiones polémicas y alarmistas, según estas industrias.     

La OCU elabora numerosos estudios de todo tipo de productos y alimentos para elaborar ránkings y recomendar la compra de algunas marcas. Los resultados de estos estudios son difundidos por las revistas de la OCU, que sustentan el negocio principal de esta organización.  

A pesar de ser una entidad sin ánimo de lucro, la filial mercantil de la OCU, OCU Ediciones, factura 25 millones de euros al año. 

Oficialmente, las industrias afectadas por informes de la OCU aseguran que sus estudios no tienen rigor científico ni metodológico. Pero algunas empresas, sugieren que los resultados están dirigidos a beneficiar a algunas marcas. La OCU defiende que sus informes son imparciales y que se elaboran y difunden con el único propósito de aconsejar y defender a los consumidores.  

La organización ha tenido enfrentamientos con las seis patronales y también ha recibido el rechazo de algunas empresas del sector. Estos son algunos de los más sonados:   

1) El polémico ránking de la leche  

La OCU publicó un ránking de la leche en 2011 en el que desaconsejaba la compra de algunas marcas como Puleva, Condis y Llet Nostra, entre otras. Puleva, que invertía entonces unos 17 millones de euros al año en publicidad, vio destrozada su estrategia de márketing. 

La Federación Nacional de Industrias Lácteas, Fenil, demandó a la OCU por los daños ocasionados con el estudio, pero los juzgados desestimaron la demanda. Una de las empresas afectadas por el polémico informe, Industrias Lácteas Asturianas, aseguró que era ilógico que marcas fabricadas por la misma empresa y con el mismo proceso tuviesen posiciones tan diferentes en el ránking.

También sugirió que los anunciantes en las revistas de la OCU obtenían mejores posiciones, según publicó ABC.

2) Las cremas de 3 euros  

La patronal de la industria cosmética, Stanpa, también ha criticado este año la metodología del estudio de cremas de la OCU. La organización lleva varios años promocionando un estudio en el que las cremas Lidl, de apenas 3 euros, son reconocidas como las mejores del mercado por encima de marcas como L’Oreal, Vichy o Eucerin. La OCU ha utilizado terminologías publicitarias para describir a la crema de Lidl.

«No es necesario gastar mucho dinero para tener una buena crema antiarrugas, pues la mejor de nuestro estudio es también la más barata. Una auténtica Compra Maestra…y todo un acierto», explica la organización en su web en referencia a la crema de Lidl. 

La patronal criticó que la OCU no aclare la metodología del informe que disparó las ventas de Lidl. La crema barata del supermercado multiplicó por 20 las existencias y agotó el producto pocos días después de su publicación.  

Tras la polémica, OCU exigió a Lidl retirar la publicidad en la que vendía la crema como número uno.

3) El aceite de oliva  

La Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac) cargó en octubre de 2012 contra la OCU por concluir que 17 marcas engañan con la calidad del aceite de oliva.

La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores anunció que pediría ante un notario y ante el Ministerio de Agricultura la metodología del informe para demostrar su «falta de rigor».  

4) La carne envasada  

Las patronales Anice y Cedecarne denunciaron en enero de 2013 que el informe de la OCU que alertaba de la mala calidad de la carne no tenía fundamento metodológico ni rigor científico.  

La industria aseguró que la OCU denunciaba que la carne contenía altos niveles de sal, cuando esas cantidades eran inferiores a las recomendadas por la Unión Europea, según las patronales.  

5) La cerveza sin alcohol  

La OCU elaboró un estudio de cervezas sin alcohol en 2014 en el que aseguraba que ese tipo de productos tenía mucho más alcohol del reconocido.    

«Afirmar que tres cervezas ‘sin’ equivalen a una cerveza con alcohol, es erróneo y, por obvia, la afirmación cae por su propio peso, en tanto que la diferencia entre la graduación de la cerveza ‘sin alcohol’ (entre 0% y 1%) y la graduación media de la cerveza normal (5%) no deja lugar a dudas», aseguró la Asociación de Cerveceros de España.

6) Los talleres mecánicos  

En un informe de 2010 la OCU aseguró que buena parte de los conductores prefiere reparar sus vehículos en talleres multimarca, por encima de los talleres oficiales.  

La patronal se comunicó con la OCU para asegurar que su estudio carecía de base sólida, ya que, en su encuesta, elaboró categorías de talleres inexistentes en España.  

7) Los yogures  

Además de las quejas patronales, algunas empresas del sector del yogurt también cargaron contra los ránkings de la OCU. 

Danone asegura que los polémicos estudios de la OCU carecen de rigor metodológico. «Del estudio realizado por la OCU sobre diversas marcas de yogures naturales publicado en su revista de mayo del 2016 , Danone no está de acuerdo con el método de análisis realizado y, por lo tanto, tampoco con las conclusiones que se derivan del mismo», explicó la multinacional francesa a este diario. 

Llaollao, la marca de yogurt helado, también desmintió que este tipo de producto contenga el doble de calorías que los yogures convencionales.

8) Los fabricantes de tecnología 

Los fabricantes de tecnología que no han figurado en las primeras posiciones en el estudio de la OCU también han sembrado dudas sobre los métodos usados por la asociación.

Dos fabricantes consultados por este diario y que pidieron anonimato critican que la entidad haga ránkings de teléfonos móviles y tablets cuando luego hace negocio con estos productos al regalarlos o venderlos a nuevos socios. 

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