Seat (aunque no lo creas) puede liderar el coche conectado

La filial española de VW se propone encabezar la apuesta por el coche conectado. Los expertos la ven muy bien posicionada para conseguirlo

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Seat ha tomado una decisión que cambiará su futuro. Se ha propuesto ser líder mundial en el coche conectado. Es decir, con conexión a internet, que se comunique con el taller, con emergencias o con el que se pueda reservar un restaurante, entre muchos otros usos. Si lo consigue, por primera vez será un actor importante a nivel internacional. Y tiene posibilidades.
   
Junto con el coche eléctrico y el coche autónomo, el coche conectado es una de las tres grandes tendencias del sector. En las dos primeras, hay competidores mucho mejor situados. La marca española ha visto un nicho de mercado en la tercera. Así lo expresó, sin tapujos, el presidente de Seat, Luca de Meo, esta semana en las jornadas sobre automoción del IESE.    

«El coche conectado es nuestra prioridad, queremos ser líderes y podemos hacerlo», expresó. ¿En qué consiste? «Hay que crear un ecosistema de movilidad y servicio en el que la gente quiera entrar. El cliente no será el final de la cadena sino el centro de la red», explicó De Meo.    

Un ‘smartphone’ con ruedas    

El coche conectado significa convertir el coche en prácticamente un smartphone con ruedas. El conductor tendrá a su disposición servicios, y no sólo comunicándose con el taller o el concesionario. También con la ciudad y la red de carreteras, para saber dónde hay mejor y peor tráfico, y con aparcamientos. Y eso por no hablar de usos más domésticos, como facturar online el vuelo que está a punto de coger o encender la calefacción de casa.    

¿Por qué Seat lo conseguirá, según su presidente? «Tenemos un cliente más joven que la media y estamos en Barcelona, una ciudad moderna, que es el entorno propicio». Por ello, «Seat debe tomar la iniciativa en conectar al coche con el mundo». Y lo hará con una prueba piloto en Barcelona en los próximos meses.   

Además, la marca ya ha dado pasos en este sentido, con asociaciones con marcas como Samsung, que ya está dando sus frutos. Su gama Connect viene equipada con un teléfono inteligente que se conecta con el coche y da información a través de la pantalla central del vehículo, como el tráfico y el tiempo. Hasta lee los mensajes privados que llegan al móvil.    

Una apuesta acertada    

Seat no es uno de los grandes actores a nivel internacional. A pesar de ello, en el sector se le ve preparado para encabezar esta tendencia. La razón principal es que la tecnología para conseguirlo ya existe, sólo hay que adaptarla, por lo que es una cuestión de apostar por ello y priorizarlo.  

«Es una marca pequeña pero forma parte de un gran grupo, potentísimo a nivel tecnológico», explica Vicenç Aguilera, presidente del Clúster de la Industria de Automoción de Cataluña. «Es una apuesta muy acertada», añade, porque Seat «tiene un público más joven que la media, que es el que más demanda esta conectividad».    

Francesc Garriga, presidente de EICAuto, organismo del colegio catalán de ingenieros que estudia el sector del automóvil, cree que «Seat está preparadísima». «Ya hizo una apuesta muy importante con el Ibiza Connect, y tiene un centro técnico con 1.000 personas trabajando». «La tecnología ya existe, es una cuestión de inversión y de integrar la tecnología», apostilla.    

Francisco Roger, socio responsable de automoción de KPMG, destaca que la apuesta por el coche conectado supondrá un gran avance, ya que «ayudará a descongestionar el tráfico y mejorará la calidad de vida del conductor». La consultora, que trabaja para muchos de los grandes fabricantes, evitó hablar de marcas en concreto.      

Contra 66 años de historia      

La apuesta de Seat y de Luca de Meo puede cambiar 66 años de historia de una marca que, fuera de España, nunca ha sido valorada. Su propio presidente admitía que, entre sus deberes, se encuentran posicionarla a nivel internacional fuera del tópico del coche español barato. «Seat es menos conocida fuera de España que sus competidores. Todo lo que estamos haciendo en tecnología e innovación, no llega», dijo en el IESE.      

Por ello, sería una novedad que la marca de Martorell consiguiera el liderazgo en una de las grandes tendencias mundiales del sector. Tras sus orígenes franquistas y el éxito doméstico del 600 –una versión de un Fiat, su socio industrial de esa época–, los últimos 40 años no han sido precisamente exitosos.

La huida de Fiat dio entrada al grupo Volkswagen como salvador. El gigante alemán consiguió un primer éxito con la creación del Ibiza, pero la marca no encontró nunca su nicho fuera de su país de origen, con contadas excepciones y fracasos sonoros como el intento de entrar en China.    

Destronada en España    

Ahora Seat ya no es líder ni en España y otro de sus retos es recuperar el trono, volver a ser la marca de los españoles, como reconoció De Meo. Y es que en los últimos años, la compañía ha dado muchos bandazos. VW, que cuenta con otra marca en un nicho similar –Skoda–, no ha sabido qué hacer con Seat y ha ido cambiando su apuesta con demasiada frecuencia.    

Un síntoma claro de ello es que Luca de Meo, llegado hace un año a Martorell, es el quinto presidente de la marca en diez años. Y son 11 presidentes en 30 años en el grupo Volkswagen. Otra prueba es la escasa fortaleza de sus resultados en la última década. En 2015, Seat logró su primer beneficio en ocho años.      

El actual equipo de la marca está intentando cambiar esta tendencia. El coche conectado es una de las patas. Otra es una gama más completa, con sus primeros SUV –el Ateca, ya a la venta, y el futuro Arona–, que aunque llegan tarde, se prevén exitosos. Sus números ya se benefician de este cambio, y Seat cerrará este año con una mejora muy importante de su resultado, aunque las ventas suben a un ritmo muy inferior.

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