Sargadelos invita a la prensa a ver cómo despide a media plantilla

El consejero delegado de Sargadelos acusa a los sindicatos de empujar a la fábrica al cierre mientras anuncia el despido de la mitad de la plantilla

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Segismundo García, consejero delegado de Sargadelos, se reunió con la plantilla de la fábrica de Cervo (Lugo) e invitó a la prensa a asistir a la asamblea. Ante medio centenar de trabajadores anunció el despido de 49 empleados, la mitad del personal del centro. El jefe de Sargadelos, con una amplia mayoría accionarial tras el concurso que superó la empresa en 2016, arremetió contra los sindicatos por presionar a la empresa hasta poner en riesgo su viabilidad.

De hecho, instó a UGT a presentar nuevas denuncias ante la Inspección de Trabajo pues tiene documentadas más de 200 irregularidades sobre las que pasará la oportuna documentación. “Espero que no cesen en su empeño de clausurar la compañía”, dijo. Medio centenar de trabajadores asistían con sorpresa a la performance, pues todos los mensajes que les habían llegado sobre la marcha de la empresa habían sido positivos.

Los costes laborales de Sargadelos se disparan

El propietario de la histórica firma gallega, vinculada a nombres como el de Isaac Díaz Pardo o Luis Seoane, insistió en que las reiteradas sanciones de Trabajo por las denuncias de los sindicatos y una legislación laboral que calificó de «injusta» hacen inviable la empresa.

Aludía al ERE aplicado en 2010 y posteriormente anulado en los tribunales por el que la empresa incurrió en un gasto 630.000 euros, según las cuentas anuales, y de prácticamente 800.000 euros según García. También recordó los 30.000 euros de indemnización a la expresidenta del comité de empresa que fue despedida de manera irregular, según relataron fuentes sindicales. El gasto laboral de la Fábrica de Cerámica de Sargadelos pasó de los 1,3 millones de 2016 a los 2,5 millones al año siguiente.

Las demandas de los sindicatos fuerzan los despidos

Ahora, García duda de que la planta de Cervo sea sostenible una vez aplicados los despidos, que se realizarán entre el personal contratado para las nuevas líneas de producto y que tenían un salario más bajo. La demanda de los sindicatos para equipararlo al de los trabajadores veteranos, dejó claro el directivo, fuerza la salida de los empleados al no poder asumirlo la empresa y descartar una subida de precios en el mercado. 

El grupo tiene una segunda fábrica en Sada que queda al margen del plan de despidos. En Cerámicas del Castro, que así se llama el centro coruñés, Sargadelos obtuvo unos beneficios de 58.000 euros pese a reducir su cifra de negocio, que se quedó en los 1,8 millones en 2017, por debajo de los 2,1 millones del curso precedente.

«Soy un mal hombre que explota a los trabajadores»

La empresa, que parecía haber sobrevivido a sus años más críticos, opera con unos márgenes estrechos. En territorio lucense logró elevar su cifra de negocio hasta los 2,7 millones, un 20% más, pero acabó en pérdidas por el incremento de los costes laborales. También es cierto que las ventas en el exterior apenas aportaron nada a la Fábrica de Cerámica, pues no alcanzaban los 20.000 euros entre 2016 y 2017.

El consejero delegado, que se definió irónicamente como un «mal hombre que explota a los trabajadores», apuntó que los problemas de liquidez derivados de las contingencias habían forzado a los socios a inyectar fondos a través de dos ampliaciones de capital por valor conjunto de dos millones de euros. 

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