¿Quién manda en el sector lácteo gallego?

Leche Río, Feiraco, Lactalis y Celta, todas expedientadas por Competencia, mueven más de 1.000 millones al año

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Galicia es, de largo, el mayor productor de leche del Estado, pero solo dos empresas de capital gallego, Feiraco y el grupo Leche Río, superan los 100 millones de facturación. Junto a la cooperativa lucense y la compañía de la familia Lence, completan los puestos de honor entre las mayores industrias lácteas la francesa Lactalis y Leche Celta. La facturación conjunta de los cuatro grupos supera los 1.000 millones al año.

Es, tanto por producción como por industria, uno de los sectores clave de la comunidad, pero padece males endémicos. Los precios de la leche en origen han vuelto a caer hasta situarse entre los más bajos del Estado, solo por detrás de Baleares, después de que en noviembre de 2012 los ganaderos gallegos parasen las entregas como medida de protesta al verse obligados a vender su leche por debajo de los costes de producción.

Poder francés

El reparto de fuerzas en Galicia cambió sustancialmente con la irrupción de Lactalis. Los 630 millones que pagó para hacerse con la división láctea de Ebro Puleva rompieron la relación de poder preexistente, que mantenía a Leche Río como el principal operador en Galicia. Lactalis se convirtió en el grupo que más leche recoge en la comunidad hasta el punto de ser un agente clave en la fijación de precios para la leche en origen.

Su central de compras, Lactalis Compras y Suministros SL –con domicilio en Vilalba—facturó 296,7 millones en 2012. Su actividad se centra en suministrar al resto de empresas de un grupo que controla Lauki, Président, La Lechera, Puleva o Ram, entre otras. La fábrica de Vilalba, Leche de Galicia SL, facturó el mismo año 96 millones, mientras que Grupo Lactalis Iberia SA, el holding español también domiciliado en Galicia, alcanzó unas ventas de 9,8 millones, según muestra el ranking de las 2.500 principales empresas de Galicia de Economía Digital.

El capital gallego

A pesar de la crisis económica, tanto Leche Río como Feiraco han mantenido un excelente comportamiento. La cooperativa que preside José Montes aprovechó la recuperación de los precios durante 2013 para marcar un récord de facturación, 114 millones, que le reportaron un resultado positivo de 1,4 millones. Además de combatir contra el encarecimiento de la materia prima destinada a la alimentación animal, Feiraco tenía una batalla propia para reducir la deuda que adquirió en 2005 por un préstamo sindicado de 25 millones. En 2012, esta cifra se había reducido a 8, a pesar de haberse gastado algo más de 10 millones en la compra de la planta de Clesa en Caldas de Reis.

Igual de bien parece irle a Grupo Leche Río. La compañía de la familia Lence alcanzó una facturación de 227 millones de euros y unas ganancias de 1,7 millones. Quizá junto a Lactalis, Leche Río es de las empresas más señaladas por los ganaderos cuando se lamentan por los precios bajos que reciben por su producto. Entre Feiraco y Leche Río, donde se integra también Leyma, superan holgadamente los 500 millones de litros recogidos al año, aunque no hay cifras oficiales al respecto.

Un líder luso

Antes de Lactalis, el otro gran desembarco en tierras gallegas fue el del grupo portugués Lactogal, que adquirió en 2006 la entonces joven empresa Leche Celta, constituida en los años ochenta por Antonio Marchal.

Por volumen de negocio en Galicia, la avanzadilla lusa no tiene problema en medirse con Leche Río. Facturó 275,6 millones en el ejercicio de 2012. En los primeros años de la crisis recogía alrededor de 260 millones de litros a ganaderos gallegos.

¿Un gran cártel lácteo?

Competencia mantiene abierta una investigación que afecta a las cuatro principales empresas lácteas en Galicia, bajo la sospecha de que fijaron condiciones comerciales y llegaron a acuerdos de reparto de mercado. El expediente, en realidad, salpica al grueso del sector lácteo español, incluidos, Danone, Puleva Food, Grupo Leche Pascual, Nestlé España, Cooperativa Agrícola y Ganadera del Pirineo o la Asociación de Empresas Lácteas de Galicia.

Tradicionalmente, las iras de los ganaderos cuando han caído los precios se han dirigido hacia las cadenas de distribución alimentaria, contra Lactalis y Leche Río. Menos contra Mercadona, que en tiempos de rebelión en el sector aceptó pagar más por la leche en origen. El grupo de distribución de la familia Roig está comercialmente vinculado a Leche Celta, a quien compra la totalidad de la producción de la planta de Meira (Lugo).

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