Pinchazo de Rodríguez Cebrián: la Sala Pelícano y otras siete empresas del grupo pierden dinero

La caída de Martinsa Fadesa deja al conglomerado del ex director general de Inditex un agujero de 95 millones; los altibajos de las inmobiliarias contrastan con la buena marcha del negocio hotelero

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Juan Carlos Rodríguez Cebrián ha vivido con angustia algunas de las más notables inversiones que realizó tras dejar Inditex, como las de Martinsa, Habitat o Realia, todas sociedades atadas al ladrillo a las que sobrevino el estallido de la burbuja. Todavía sufre el ex director general de Inditex algunos de los quebrantos provocados por el destino que escogió para el abultado patrimonio que acumuló en la multinacional, que conviven con iniciativas más vistosas, como el arranque de la Sala Pelícano de A Coruña.

Pero a pesar de la diversidad de inquietudes empresariales de Rodríguez Cebrián y su mujer, Dolores Ortega, sobrina de Amancio Ortega, el negocio familiar, que orbita alrededor de un grupo de sociedades de inversión entre las que destacan Inversiones Saona y Marlolan, evoluciona teñido de rojo. Hasta siete sociedades gestionadas por el matrimonio han cerrado ejercicio en pérdidas, alguna de ellas con un balance especialmente negativo, como la encargada de gestionar su participación en Martinsa Fadesa, Aguieira Inversiones.

El golpe de Martinsa-Fadesa

La sociedad contaba con una participación de 158,6 millones en el grupo inmobiliario a cierre de 2014, antes de que Fernando Martín fracasara en el intento de convenio con la banca y la compañía acabara en liquidación. Aguieira Inversiones deterioró toda la participación, así como un crédito que había concedido a la inmobiliaria por valor de 4,4 millones.

Tras la caída de Martinsa, la sociedad presenta un patrimonio neto negativo por valor de 95,1 millones, ha perdido su principal activo y registró más de 51 millones en números rojos en 2014 y pérdidas de 2,9 millones en 2015.

El holding de las sicavs

El descosido se ha hecho notar también en las empresas de Rodríguez Cebrián que controlan Aguieira y que, a su vez, son dos de los brazos inversores de cabecera en el grupo familiar, Marlolan e Inversiones Saona.

La primera gestiona las tres sicavs del matrimonio, Río Nora, Vivero y Silleiro, así como cuatro imobiliarias y el negocio hotelero, con el 10% del grupo La Toja Hoteles –el otro 90% está en manos del Popular– y el hotel Peregrino de Santiago. Todas las actividades parecen rentables, especialmente La Toja Hoteles, que tras la venta de la concesión del Hotel Finisterre y la Solana (A Coruña) ha repartido suculentos dividendos. El último año ascendieron a 9 millones.

Sin embargo, los trastornos provocados por Aguieira y su aventura fallida en Martinsa empujan al holding a cuantiosas pérdidas, con un resultado de 20 millones en negativo. Entre las inversiones financieras de Marlolan, también estaban 55 millones en Habitat.

Saona pierde más de 5 millones

A Inversiones Saona le sucede algo parecido. Cerró 2014 con pérdidas de 7,9 millones y 2015 con números rojos superiores a los 5 millones. Pero si las inmobiliarias que controla Marlolan presentaban un balance positivo –Altramud, Valoria o SA Internacional de Terrenos y Edificios–, las participadas de Saona presentaron prácticamente todas números rojos.

Es el caso de Dricar Inversiones, Inversiones Peroxa y Fomento de Iniciativas Inmobiliarias. En general, son cantidades poco significativas, con excepción de esta última, que se dejó algo más de dos millones. Otra filial dedicada al sector forestal y ganadero, San Ginés Gestión de Inversiones, también registró pérdidas y solamente la sexta participada, la inmobiliaria Álvarez Conchado y Reysa, logró modestos beneficios de 48.000 euros.

El arranque de Pelícano

Saona también controla la participación en la Sala Pelícano, la discoteca y sala de conciertos ubicada en el centro de A Coruña, que abrió sus puertas entre gran expectación. En su primer curso, la sociedad que gestiona el complejo perdió dinero, algo más de 4.000 euros, aunque nada significativo para el año de arranque.

En torno a la sala, Rodríguez Cebrián y sus socios han creado una red de empresas dedicadas a la organización de eventos y la explotación de centros de ocio. J&L Spain, con dos miembros de la family office del empresario y de su esposa, Dolores Ortega, como apoderados, María Alejandra Rubio y María Yolanda Cortizas. Y Rodizlo España, con los mismos apoderados y con la misma actividad, si bien el objeto social añade la organización de eventos culturales.

El balance del año deja a Rodríguez Cebrián con sus dos principales brazos inversores en números rojos, Saona y Marlolan, que entre los dos superan los 26 millones en pérdidas. Junto a estas, las inmobiliarias Dricar, Peroxa y Fomento de Iniciativas, la Sala Pelícano, San Ginés y Aguieira, todas ellas participadas por Saona o Marlolan, también acabaron 2015 pediendo dinero.

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