Petrobras, el nuevo Pemex de Feijóo

El dique flotante y el veto europeo limitan un posible acuerdo estratégico con la empresa brasileña

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Primero México y ahora Brasil. El presidente de la Xunta en funciones, Alberto Núñez Feijóo, ha recurrido a los que reconoció como “mercados estratégicos” de Galicia en su anterior legislatura para buscar soluciones para el maltrecho sector naval gallego.

En un procedimiento idéntico al de Pemex, Feijóo regresó de Brasil con un nuevo nombre en la cartera, Petrobras, una empresa integrada de energía que maneja 7 plantas de biocombustible, 16 termoeléctricas y 4 de energía eólica. El líder del PPdeG anunció esta semana que Petrobras necesita aumentar su flota en cerca de “500 buques”, para la explotación de una zona petrolífera del presal brasileño de unos «149.000 kilómetros cuadrados». “El objetivo es que astilleros gallegos aprovechen esta oportunidad única», señaló Feijóo, quien se comprometió a impulsar un acuerdo de colaboración naval con Brasil durante la próxima cumbre iberoamericana.

La noticia ha sido recibida con recelo entre los trabajadores del naval gallego. “Estamos en la misma situación que con Pemex, toda la información que tenemos es por la prensa, está sin concretar y respecto a una empresa que no conocemos y con la que nunca hemos trabajado. En este caso, ni siquiera hablamos de acuerdos de intención, aunque se venda como un triunfo”, informan fuentes sindicales. Pero lo que más sorprende a los representantes sindicales es el tipo de buques que necesita Petrobras. “Estamos hablando de un mercado de reparación en el que no podemos entrar si no se construye el dique flotante, porque no tenemos infraestructura para ello”, expone Manel Grandal, representante de la CIG en Navantia.

La hoja de ruta de Petrobras

Núñez Feijóo especificó que las necesidades de renovación y ampliación de la flota de Petrobras atañen al periodo 2012-2016, coincidiendo con el plan de negocio hecho público por la empresa para los próximos cuatro años. En el documento, Petrobras especifica como objetivo prioritario la exploración y producción de crudo en Brasil, en números descendientes en los últimos años.

En concreto, la compañía espera incrementar la producción entre un 5% y un 6% a partir de 2014 y mantenerse en cifras similares hasta esa fecha, aunque asume que la producción puede caer “en torno al 2%”.

El proyecto de presal es clave en la compañía para lograr un incremento de la producción. Se trata de una zona de rocas ubicadas en gran parte de la costa brasileña con potencial para la acumulación y generación de petróleo. Según explica la compañía en sus estudios técnicos, “solo la acumulación de Tupi, en la Cuenca de Santos, tiene entre 5 y 8 millones de barriles de crudo”. El reto de la compañía para 2016 es alcanzar los 2,5 millones de barriles diarios.

Inversión

Petrobras tiene previsto invertir, aproximadamente, 34 mil millones de euros en la extracción vinculada al proyecto de presal, que, si las estimaciones no fallan, situará a la empresa entre las primeras operadoras del mundo y a Brasil como uno de los principales países exportadores de crudo. La apuesta de la compañía es tan firme que prevé destinar más del 50% de sus inversiones a esta zona de extracción.

Las oportunidades para el naval gallego de atraer parte de esta inversión pasa por la construcción de buques y la reparación de grandes barcos petroleros. A falta de concretar que tipo de buques necesitaría Petrobras, en Navantia anticipan un doble problema. Por un lado, la construcción del dique flotante, que continúa sin concretar y que consideran imprescindible para llevar a cabo la construcción y reparación de buques para la compañía brasileña. Por otro, el veto de la UE a la construcción civil. En el caso de Pemex, la UE ya solicitó información para saber si los floteles podrían superar el límite del 20% a la producción civil de Navantia, segundo indican sindicatos del astillero gallego.

Diversificación

Sin embargo, Núñez Feijóo ha abierto más el abanico de una posible cooperación con la compañía brasileña para salvar estas limitaciones. Los acuerdos que estudia el dirigente popular incluyen desde transferencia de tecnología y de ingeniería hasta la construcción material de piezas para barcos ensamblados en Brasil. “Podemos construir piezas que pueden ser enviadas para ser ensambladas allí”, dijo Feijóo.

En cualquier caso, parece que el suspense será equivalente al vivido con Pemex y que todavía perdura. De hecho, el próximo objetivo del dirigente es firmar un acuerdo estratégico similar al de la petrolera mexicana. “Vamos a repetir la alianza con Pemex y a intentar alianzas estratégicas con empresas petroleras brasileñas para la posible construcción de buques. De la misma forma que hicimos con Pemex queremos hacerlo también con Brasil», afirmó.

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