Pescanova presenta concurso de acreedores

El consejo de la multinacional, que se prolongó hasta la madrugada, fue incapaz de aprobar las cuentas y hubo cruce de amenazas de acciones judiciales entre los principales accionistas

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La segunda empresa gallega suspende pagos. Pescanova presenta concurso voluntario de acreedores. Tras un consejo de más de doce horas, la compañía anunció de forma voluntaria ante la autoridad bursátil su incapacidad para hacer frente a sus compromisos y pagos. “Dado que no parece posible alcanzar, a corto plazo, un acuerdo con los acreedores de la sociedad y que su situación financiera presenta riesgo de deterioro, el consejo de administración, en aras de la preservación de la continuidad empresarial de Pescanova y de la protección de los intereses afectados, ha acordado solicitar voluntariamente, ante el juzgado de lo Mercantil competente, la declaración de concurso de acreedores de Pescanova, S.A”, señala el hecho relevante enviado a la CNMV. Está por ver ahora si las filiales también se acogerán al concurso.

“La sociedad tiene la firme voluntad de presentar, en el curso del procedimiento, una propuesta de convenio a sus acreedores que garantice, por un lado, la salvaguarda de los derechos e intereses de sus trabajadores, acreedores y accionistas y, por otro, la gestión continuada de Pescanova”, añade la comunicación enviada. Al contrario que con otros hechos relevantes de calado, firmados últimamente por el presidente, Manuel Fernández de Sousa-Faro, esta comunicación lleva la rúbrica del director de Administración de la compañía, Alfredo López Uroz.

Cambio de auditor

El consejo de Pescanova también acordó solicitar al juzgado Mercantil competente la revocación del nombramiento de BDO como auditores para la verificación de sus cuentas anuales individuales y consolidadas del ejercicio 2012, así como la designación de otro auditor. A la vez, procederá a contratar, de forma inmediata, otro auditor, “elegido entre las principales firmas de auditoría, para revisar los estados financieros del ejercicio 2012”.

La cita se preveía larga y tensa y las expectativas no se vieron defraudadas ni un ápice. Más de doce horas ininterrumpidas para un consejo de administración que arrancó pasadas las diez de la mañana, tras la llegada a la sede de Chapela (Vigo) del presidente, Manuel Fernández de Sousa-Faro, acompañado en esta ocasión de su esposa. Pasadas las doce de la noche, los doce miembros del máximo órgano de la compañía ponían fin a la reunión sin lograr cerrar ninguno de los grandes frentes que tiene abiertos Pescanova.

En el orden del día, la aprobación de las cuentas de 2012, así como el preceptivo informe de la auditora de Pescanova, la firma BDO, cuyo papel está en entredicho, así como una definición correcta del perímetro de la deuda de la compañía por exigencia del pool de acreedores financieros, una vez que la multinacional se haya visto obligada a reconocer “discrepancias” entre su contabilidad y las cifras que manejan lo bancos, que podrían rondar al menos mil millones. Todo ello, con el aliento de la CNMV en el cogote, que suspendió la cotización, abrió una investigación y pide con premura los números. Nada de lo que estaba previsto aprobar salió adelante.

Manuel Fernández sigue

Esa era la partitura inicial, sobre la que de nuevo sobresalieron las notas discordantes de José Carceller, representante de Damm, y del consejero del fondo Luxempart, François Tesch, que suman entre ambos una participación algo superior al 12%, escasamente por debajo del paquete que oficialmente declara el presidente, Manuel Fernández, de un 14,4%, que podría incluso encontrarse por debajo en estos momentos.

La revocación del presidente de Pescanova, que ya fue a consejo en dos ocasiones y se exigió incluso por escrito de nuevo en un largo burofax enviado por Damm a Fernández de Sousa-Faro, se volvió a poner sobre la mesa en el tenso encuentro del ayer, en el que llegaron a cruzarse amenazas de acciones judiciales entre los accionistas significativos, que habrían mostrado su disconformidad no sólo con los números presentados, sino con la manera de enfocar el preconcurso de acreedores por parte del presidente de Pescanova. También aluden a la opacidad mostrada por la empresa en el mes largo que lleva en esta crítica situación y a la gestión de la crisis realizada por Fernández de Sousa-Faro. Fuentes oficiales de Pescanova señalaron ayer, tras el consejo, que el presidente sigue al frente de la compañía, a pesar de las embestidas de los accionistas rebeldes.

Mientras se celebraba el consejo, la autoridad bursátil modulaba su discurso. Oficialmente, desde la CNMV matizan las formas y señalan que, aunque hay una investigación abierta que sigue su curso y procedimiento, se ha solicitado a Pescanova la cuenta de resultados y el balance de 2012 auditados a la mayor brevedad posible, con urgencia, sin entrar en guerras de ultimátum, fechas tope y mucho menos “amenazas” para que presente los números. Así lo aseguran fuentes de la autoridad bursátil, que en este sentido aluden a que el plazo abierto para hacer públicas las cuentas no tenía por qué concluir necesariamente hoy. Pescanova no ha llegado a dar ese paso. Se va directamente al juzgado con la presentación del concurso de acreedores.

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