Pescanova prepara la venta de la polémica planta de Mira

Además del plan de viabilidad, hay redactada una propuesta de convenio, y la empresa negocia ya con futuros socios

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Este miércoles el consejo de administración de Pescanova, presidido por Juan Manuel Urgoiti, analizó durante más de siete horas el plan de viabilidad de la compañía, elaborado por PricewaterhouseCooper. El documento plantea las medidas que debe adoptar la multinacional pesquera para proseguir su actividad, teniendo en cuenta que en estos momentos tiene con un agujero patrimonial que sobrepasa los 1.600 millones de euros. PWC sostiene que la compañía no debe trocearse ni venderse. Sin embargo, sí abre la puerta de desinversiones puntuales de activos, considerados como no estratégicos. Entre ellos, según ha podido saber Economía Digital, está la planta de rodaballo de Mira, en Portugal, con la que Fernández de Sousa, como presidente, protagonizó una de las mayores polémicas empresariales que rodearon el Gobierno bipartito de la Xunta de Galicia.

La historia de la planta de Mira es recordada
. En 2004, Manuel Fraga, antes de perder las autonómicas, aprobó la instalación en la Costa da Morte de una enorme planta de acuicultura por parte de Pescanova. Crearía 200 puestos de trabajo y una inversión de 140 millones de euros. Sin embargo, la llegada del bipartito de Emilio Pérez Touriño (PSOE) y Anxo Quintana (BNG) trastocó los planes de Manuel Fernández de Sousa-Faro. El terreno era intocable al estar dentro de red natura.

Ninguna de las alternativas ofrecidas por el Ejecutivo fue del agrado del empresario, que optó finalmente por replegar velas y poner rumbo a Mira, en el sur de Portugal. No obstante, el negocio distó mucho de ser un éxito y, para muchos, marcó el inicio de la crisis de Pescanova, que estalló por los aires en febrero de este año.

Mira, un sueño que no despegó

El informe forensic de KPMG mencionaba que la citada planta lusa computó dos siniestros en 2011 y 2012 que “limitaron su producción de forma significativa, produciendo así mismo determinados prejuicios económicos en concepto de muerte de peces y pérdida de lucro cesante del proyecto”.

La desinversión en la planta lusa sería entendida dentro de la empresa como un proceso similar al llevado a cabo recientemente con su participación en la australiana Austral Fisheries, por la que percibió unos 30 millones de euros que fueron destinados a subsanar parte del crédito urgente recibido en verano por parte de las principales entidades acreedoras de la pesquera y la Xunta de Galicia.

Propuesta de convenio

Pero, además del plan de viabilidad de PWC, que debe ser aprobado por el juzgado, la pesquera cuenta ya con una propuesta de convenio rematada. Más de 300 páginas en las que se abordan distintas vías para intentar minimizar el ingente pasivo que atenaza al grupo, que sobrepasa los 3.600 millones de euros, de los que más de 3.200 son deuda bancaria. Un documento que se revela crucial para conseguir que la pesquera se mantenga a flote.

La propuesta de convenio se fundamenta en tres pilares. La necesidad de que los acreedores de Pescanova sufran una quita, la capitalización de deuda y la entrada de nuevos socios en la compañía. No obstante, según aseguran diversas fuentes conocedoras del proceso concursal, “hay varias vías”.

Una quita variable

“Se habla de una quita del 75%, pero esa es sólo una de las opciones que se contempla en la propuesta de convenio”, indican.

Esas mismas fuentes dan por hecho que la entrada de nuevos socios en el capital de la pesquera no se demorará. Deloitte ya está trabajando con varios de los interesados. Los nombres son conocidos. Se ha hablado del gigante alemán Oetker, socio de Demetrio Carceller en Damm y Ebro Puleva, los fondos Fidelity y Centerbridge e incluso el gigante de Juan Roig, Mercadona.

El informe de PWC prevé que la firma gallega logre un beneficio bruto de explotación (Ebitda) de 150 millones de euros en 2014, una vez estabilizada la compañía.

De esta forma, la empresa situaría esta cifra al mismo nivel que en 2009, cuando registró un Ebitda de 149,7 millones de euros y un beneficio neto de 32,1 millones de euros, lo que supuso, según el grupo, «los mejores resultados en sus cincuenta años de historia».

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