Pescanova: la ‘estrategia Carceller’ permitió salvar la empresa

Un informe de la propia compañía, remitido a la CNMV, desvela que el presidente de Damm logró un acuerdo con la banca acreedora que permitió estudiar las salidas para garantizar la viabilidad

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Dos años después de que se precipitase la crisis del grupo gallego Pescanova y un año más tarde de que se firmase el convenio de acreedores con la banca acreedora, la firma ha desvelado que en el momento más intenso de la crisis dos accionistas se hicieron cargo de los estudios y análisis legales, fiscales y comerciales que permitieron cerrar un acuerdo de viabilidad que salvó la compañía. En especial, el presidente de Damm, Demetrio Carceller, tomó las riendas del grupo para apartarlo de una bancarrota definitiva.

El informe de buen gobierno corporativo de Pescanova, remitido en los últimos días a la CNMV, señala en su página 42 la naturaleza de este acuerdo: Damm y Luxempart invirtieron tres millones de euros en estudiar todas las salidas posibles. Esos trabajos fueron condición indispensable para que la banca votase a favor del convenio de acreedores en el que el llamado G7 (pool de bancos atrapado por la insolvencia de la empresa) pacto con la administración concursal.

Condición triple del juez

El compromiso que incluía la elaboración del plan de viabilidad fue validado por los administradores judiciales de la pesquera. Impusieron una triple condición para recuperar los tres millones de euros adelantados por Damm y Luxempart: la aprobación final del convenio, como así sucedió; los gastos de elaboración debían acreditarse de forma conveniente, como así se reconoce; y no se cobrarían hasta que estuviera disponible el crédito sénior comprometido con la banca en el mismo plan, aun pendiente.

Los esfuerzos de los dos accionistas han sido reconocidos por la nueva dirección de la compañía en su informe ante los mercados en la medida en que resultaba obligado también dar a conocer también la existencia de esa deuda.

Los analistas se quedan en la firma

El bufete Garrigues y las consultoras Pricewaterhousecoopers y McKinsey fueron los autores de los análisis que derivaron en el plan de viabilidad. De hecho uno de los consultores jefe que trajo Carceller en aquellos momentos se ha convertido en el máximo responsable de la estrategia comercial del grupo. Se trata de Enrique García López, hasta ahora director del área de Bienes de Consumo y Distribución de McKinsey.  

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