Parálisis total en la siderúrgica gallega del grupo Celsa

La compañía envía dos meses a casa a los trabajadores tras quedarse sin materia prima para producir a causa de una huelga de su suministrador, su propia filial en Francia

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Los conflictos laborales se han instalado en Celsa, la compañía que desembarcó en Galicia tras comprarle al empresario gallego Manuel Añón su siderúrgica de A Laracha, además de otra planta en Bayona (Francia). La compañía, que viene de aplicar un ERE que afectó a 23 trabajadores de las instalaciones gallegas, ha paralizado la fábrica coruñesa desde el pasado 20 de febrero. Y el motivo no es otro que la falta de materia prima para producir.

Las razones del parón, que han obligado a la empresa a presentar un ERTE para cerca de 130 trabajadores, hay que buscarlas, precisamente, en suelo francés. La planta de Boucau (Bayona) se encarga de abastecer de palanquilla a la acería y el tren de laminación de Galicia, la materia prima con la que elaboran sus productos. Pero los trabajadores franceses llevan desde el pasado verano en estado de guerra por la negociación de los salarios. Han respondido a las propuestas de la empresa, a la que acusaron de incumplir los convenios, con huelgas, que incluso llegaron a paralizar totalmente la fábrica este diciembre. De aquellos barros, estos lodos.

Celsa minimiza el impacto

El material no era suficiente para abastecer a las instalaciones de A Laracha, por lo que el grupo decidió cesar la producción a partir del 20 de diciembre. La planta gallega tiene capacidad para producir unas 600.000 toneladas anuales, según informa el comité de empresa, pero hay notables fluctuaciones en función de los meses. En algunos se trabaja con dos líneas de laminación, mientras que en otros se activa solamente una.

A esto se agarran en la compañía para explicar que el impacto de la falta de suministro no será grave para la salud financiera del grupo a final de año, ya que la producción en diciembre y en enero es la más baja del año. Los trabajadores, por el momento, esperan la llegada del material solicitado con cierta incertidumbre sobre cuándo podrán retomar la actividad. La previsión de la empresa se mantiene y calcula que en febrero la planta volverá estar en marcha. El ERTE finaliza el 2 de enero.

Pérdidas y ERE

La conflictividad laboral en Francia ha salpicado a Galicia poco después de que la compañía lograse sacar adelante un ERE que pasó por casi todos los tribunales posibles. La compañía se excusó entonces en los resultados negativos de su ejercicio. Celsa Atlantic, que engloba tanto a la planta gallega como a las del País Vasco –en Vitoria y Urbina–, cerró 2013 con pérdidas de 74 millones de euros, que se sumaron a los números rojos del ejercicio anterior por valor de 60 millones. En ese mismo periodo, la cifra de negocio se redujo desde los 421,8 millones hasta los 299,7 millones.

Pero el Grupo Celsa es mucho más amplio. Reúne a ocho centros de de acería y laminación en España, Reino Unido, Francia, Polonia y Noruega, además de una amplia red comercial que se despliega por esos mismos países.

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