Ourense se desmarca de Alvariño, que se queda sin apoyos al frente de la patronal

La dirección de la CEO pide al presidente de la CEG que convoque la asamblea que esperan los críticos para reprobar su gestión

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Una reunión de la junta directiva de la Confederación de Empresarios de Ourense celebrada el pasado jueves ha marcado el punto de mayor distanciamiento entre la patronal ourensana y el presidente de la Confederación de Empresatios de Galicia, José Manuel Fernández Alvariño. El sector crítico al que se enfrentaba el empresario vigués se situaba, hasta la fecha, en el norte –Coruña y Lugo– y en una parte de los empresarios pontevedreses que litigó contra las elecciones que encumbraron a Jorge Cebreiros al fente de la CEP. Tanta fue la tensión, que este sector crítico trató de forzar una Asamblea Xeral –máximo órgano de decisión de la patronal– en el arranque del verano para reprobar la gestión del presidente y forzar su dimisión o la convocatoria de nuevas elecciones.

Ahora es Ourense, hasta la fecha apoyo inmutable de Alvariño, quien ha pedido al presidente de la CEG que convoque la Asamblea, que debe celebrarse antes de que acabe el año. Antonio Diéter Moure, presidente de la Asociación de Empresas de Formación de Ourense, llevó la petición a la junta directiva, reclamando, según relató a este medio, un ejercicio de trasnparencia a la patronal gallega. Lo apoyó Aurelio Villar, de la Federación de Comercio de Ourense, que también pidió a la CEO que instase a Alvariño a convocar la asamblea.

Petición a Alvariño

Amén de la demostración empírica de la división que genera la dirección de la CEG en el empresariado ourensano, lo más sorprendente fue la respuesta de la dirección de la patronal provincial, que comunicó en la junta directiva y sin la presencia de su presidente, Manuel Pérez Canal –se encontró indispuesto ese día–, que ya había pedido a Alvariño la convocotaria de la Asamblea Xeral. Así lo relata Antonio Diéter y lo ha podido confirmar este medio de fuentes empresariales. En consecuencia, la propuesta no llegó a ser votada.

Diéter forma parte de los críticos con la gestión de Alvariño pues considera que «no ha cumplido nada de lo que había anunciado» y reprueba la contratación de empresas del propio presidente de la CEG para determinados servicios de la patronal, como el coche oficial (contratado a Auto Rent) y el seguro de la sede (contratado a Riescontrol). Más allá de los detractores, un grupo amplio de empresarios cree que es necesario un cambio ante el bloqueo a los presupuestos y cuentas de la patronal, pendientes de aprobar.

Futuro

Con A Coruña y Lugo en contra, el presidente de la patronal tenía sus apoyos en el sur, Ourense y Pontevedra. La Confederación ourensana ha pedido ya la convocatoria de asamblea y la pontevedresa está pendiente del juicio que puede anular las elecciones y eliminar el último centro de poder que respalda a Alvariño.

La delicada situación de cara a una Asamblea Xeral que debería celebrarse antes de final de año hace pensar en un relevo en la presidencia antes de finalizar el mandato. En la ofensiva de los críticos de este verano, se especuló, entre la propia directiva de la CEG, con la posibilidad de que una gestora se haga cargo de la organización hasta la convocatoria de elecciones, repartiendo responsabilidades de gestión entre las cuatro provinciales. 

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