Opel aflora el punto débil de la industria española del automóvil

La presión de Opel en Figueruelas para rebajar costes salariales revela un sistema productivo basado en el precio y no en el valor añadido

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La amenaza de PSA de llevarse el Opel Corsa de la fábrica de Figueruelas (Zaragoza) si no logra rebajar los gastos salariales ha puesto los pelos de punta a la industria de la automoción española. La planta aragonesa tiembla ante la posibilidad de quedarse sin la mitad de la producción mientras delata una debilidad que se extiende por todo el país: el sistema se nutre de coches baratos en los que es más importante el coste que el valor añadido aportado.

Las marcas escogen España para ensamblar los modelos más básicos del catálogo. “En el país se fabrican los modelos que no podrían ser competitivos en mercados como Francia, Reino Unido y Alemania”, dice David Romeral, director gerente del Clúster de Automoción de Aragón. El ejecutivo descarta calificar el modelo de low-cost, pero sí avisa que el futuro debe pasar por captar vehículos de más valor.

No obstante, el camino todavía es largo. En 2017, el Volkswagen Polo ha sido el coche con más volumen. De la factoría de Volkswagen en Navarra salieron hasta 244.000 automóviles de este tipo. Más de 230.000 Renault Captur se confeccionaron en las instalaciones de la firma francesa en Valladolid, Después, el Opel Corsa, con 196.000 unidades, y el Seat Ibiza, con unos 150.000 vehículos salidos de Martorell, completaron la parte alta de la clasificación. Todos del segmento más bajo de cada compañía.

La excepción entre los vehículos más producidos es el Ford Kuga, la estrella de la planta de Almussafes (Valencia)

“El Polo y el Ibiza llegan con un buen nivel de equipamiento y tecnología, pero el Corsa sí que está un peldaño por debajo”, desgrana Vicenç Aguilera, ex presidente del Clúster de la Industria del Automóvil de Cataluña. Y añade: “tampoco hablaría de un modelo de bajo coste, pero sí que se apuesta claramente por el precio”.

La excepción en el listado, los 194.000 Ford Kuga producidos en Almussafes (Valencia), de un segmento más alto. Casualidad o no, sindicatos y dirección de la fábrica llegaron esta semana a un acuerdo para incrementar los gastos salaries en 32 millones de euros mientras en Figueruelas sólo se habló de recortes.

“Poco a poco se está dando el salto y las fábricas españolas dejan de depender de un solo coche”, celebra Romeral. La planta de Volkswagen, hasta ahora un monocultivo, comenzará este año a hacer un SUV basado en el Polo. También la instalación de Renault en Valladolid diversificará el negocio a partir de 2019 con otro SUV parecido al Captur pero ligeramente más grande.

«Va a ser complicado que aterricen en España los modelos más altos de las marcas», admiten los expertos

Las adjudicaciones anunciadas tampoco despejan el panorama. Si en la planta de PSA en Vigo se apunta a la llegada de un nuevo todocamino para 2020, en Martorell se retirará el Audi Q3 para dar paso al Audi A1, con menor necesidad de mano de obra y de márgenes más ajustados.

“Va a ser complicado que aterricen en España los modelos más altos de cada gama”, admite Romeral. Y contesta Aguilera: “mientras los centros de decisión estén fuera, será difícil, sí. Hay que seguir siendo competitivo en los gastos de la mano de obra”.

Sin embargo, los costes laborales rondan simplemente el 10% del precio del vehículo. “La eficiencia debe pasar por tener fábricas más inteligentes, la llamada industria 4.0”, avisa el catalán. “A pesar de que la voluntad existe, la realidad es que hay poco movimiento”, lamenta.

Por ello, la firma de análisis KPMG, las patronales ANFAC y Sernauto y el Ministerio de Economía presentaron a finales de 2017 su Agenda Sectorial de la Industria de la Automoción con 20 retos a acometer de aquí al año 2020. Las bases: desde incrementar la flexibilidad laboral a incentivos fiscales pasando por cambios en la regulación, mejorar en materia de logística, incrementar las partidas para I+D y eliminar las barreras del comercio exterior.

¿Qué compran los españoles?

Si bien la mayoría de los coches fabricados en España se destinan a la exportación, alrededor del 20% se dedican al consumo interno. Muchos de los vehículos producidos en masa son de que mejores ventas registraron en 2017: el Seat Ibiza fue segundo, el Opel Corsa fue noveno y el Volkswagen Polo fue décimo.

No obstante, la clasificación está liderada por automóviles de un escalón superior como el Seat León (primero), el Renault Megane (tercero), el Citroën C4 (cuarto), el Nissan Qashqai (sexto) y el Volkswagen Golf (séptimo).

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