Navantia pone números al ‘pufo’ de Venezuela: casi 116 millones

Navantia reconoce que el Gobierno de Maduro todavía le adeuda 115,9 millones de euros en avales por su macropedido de ocho patrulleras del 2006

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La delicada situación económica, política y social que atraviesa Venezuela golpea también a Navantia. La empresa participada por la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) recibió en 2006 un encargo para la construcción de ocho patrulleras para la Armada venezolana que aún ahora, casi 13 años después, todavía no ha cobrado en su totalidad, como informó Economía Digital el pasado mes de enero.

Navantia ahora no solo reconoce este ‘pufo’ millonario sino que, además, le pone cifra: 115,93 millones de euros. Este es el importe que todavía adeuda el Ministerio de Defensa de Venezuela a Navantia por este macropedido de ocho patrulleras. Siete (las construidas en los astilleros gaditanos) ya fueron entregadas entre los años 2010 y 2012, mientras que la restante (la Comandante Eterno Hugo Chávez), montada en los astilleros venezolanos de Dianca a partir de bloques enviados desde Cádiz, continúa en una construcción tan atascada como los pagos del Gobierno venezolano.

Un tercio de los avales, todavía pendientes

Los casi 116 millones de euros que el Gobierno presidido por Nicolás Maduro aún adeuda a Navantia se corresponden a avales no devueltos. Y es que en el momento de la formalización del contrato, Navantia tuvo que dejar 312 millones como fianza ante las autoridades venezolanas, que se irían devolviendo conforme se fuesen superando hitos (corte de chapa, botadura, entrega etc.). Una práctica que no deja de ser una tónica en la adjudicación de buques se ha convertido en un dolor de cabeza para Navantia.

Trece años después de su adjudicación, este macrocontrato sigue dejando una huella importante en las cuentas de Navantia. No en vano, los 115,93 millones de euros en avales de Venezuela se comen casi una tercera parte de los 386,43 millones en avales que el astillero público tiene pendientes de devolución.

La cara y la cruz del contrato

El pedido encargado por la Armada venezolana se repartía entre cuatro patrulleras de vigilancia oceánica (de altura) y otras cuatro de vigilancia litoral, que navegarían más pegadas a costa. Mientras que las cuatro primeras ya fueron entregadas y todos sus avales, cancelados, las segundas, por el contrario, siguen haciendo de lastre en las cuentas de Navantia.

Los 115,93 millones de euros en avales todavía no devueltos se corresponden a estos cuatro últimos buques. Tres de ellos ya fueron entregados hace más de siete años sin que hayan isuflado aire a las cuentas de Navantia, mientras que el Comandante Eterno Hugo Chávez, ni está ni se le espera. Mientras que los otros siete buques fueron construidos integramente por los astilleros de Navantia en la Bahía de Cádiz, este último quedaría a cargo del astillero venezolano Dianca, que solo tenía que ensamblar los bloques del buque (11 de los 12 fueron construidos, además, en España) y encargarse del equipamiento técnico.

Sin embargo, ocho años después de que Navantia le suministrase los bloques, el buque sigue sin ser entregado y sin fecha fija en el calendario. A la espera de este buque quedan también los casi 70 milllones de euros en avales que la empresa participada por la SEPI entregó en el momento de la formalización del contrato.

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