Mercadona se atasca con su tarjeta que no da puntos ni descuentos

Mercadona pierde la batalla de la fidelización con una tarjeta sin grandes utilidades

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Mientras la tarjeta de DIA acumula puntos y ofrece cupones, la de Lidl avisa a través de una aplicación móvil los descuentos del día o la semana y la de Carrefour acumula saldo que se canjea para otras compras, Mercadona pierde fuelle con su apuesta por una tarjeta que prácticamente no ofrece ningún beneficio al comprador fiel.

La tarjeta de Mercadona no ofrece la posibilidad de acumular puntos u obtener descuentos como el resto de competidores. Tampoco da opción a premios ni a ningún otro beneficio destacado.

Una vez que los clientes obtienen la tarjeta de Mercadona, sólo pueden comprar al contado con ella o aplazar el pago en semanas o hasta un mes. Se trata de un servicio financiero sin intereses casi idéntico al de una gran variedad de tarjetas bancarias.

La cadena de supermercados de Juan Roig asegura que su tarjeta continuará operando como hasta ahora: de la mano de Unoe Bank, una empresa del grupo BBVA. Mientras sus competidores afinan estrategias para extraer datos de los clientes y fidelizar, Mercadona seguirá ofreciendo un simple pago aplazado. La cadena no quiere hacer ningún cambio. Está convencida de que no lo necesita.

Precios constantes

A diferencia de sus grandes competidores (Carrefour, DIA, Lidl y hasta los supermercados de El Corte Inglés que hacen descuentos en gasolineras Repsol), Mercadona no tiene ofertas ni descuentos especiales. Su política comercial consiste en intentar ofrecer los precios bajos de forma constante. Sin sobresaltos ni trucos ni sorpresas.

Por ello, Mercadona está convencida en que no necesita demasiadas estrategias comerciales y de captación porque cree que la calidad y los precios de sus productos de marca blanca son lo suficientemente atractivos para mantener fiel a la clientela. Y su cuota de mercado, del 25% según todos los estudios, parece darle la razón.

Lenta estrategia online

La cadena parece ir algo rezagada en las estrategias para captar al consumidor online. Y el propio presidente de la empresa es consciente de las carencias internas. Juan Roig reconoció a este medio que la web de Mercadona “es una mierda”. Para componerla, el año pasado decidió designar a su hija Juana como jefa de la estrategia digital. Este año comenzará un nuevo esquema comercial con el que esperan hacer rentable la venta por internet, de una vez por todas. 

La autocrítica la hizo entre risas, casi reconociendo que una empresa como la suya puede darse el lujo de no estar demasiado atenta a los nuevos hábitos de compra por internet. Si eso opina de su web en reconstrucción, habría que preguntarse ¿qué opinará de su tarjeta?

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