Mensaje de la banca a Martinsa: «La empresa ya es nuestra»

Las opciones de Fernando Martín pasan por que los acreedores tomen el control de la inmobiliaria o por la liquidación

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La capacidad de negociación de Fernando Martín ya no da más de sí. El presidente de Martinsa Fadesa afronta los días decisivos para su inmobiliaria, que recibió un primer traspiés del Supremo cuando desestimó la demanda de 1.576 millones contra Jove, y que sigue recibiendo mensajes de lo más negativo de sus acreedores. Las entidades bancarias y Sareb, a las que adeuda cerca de 3.500 millones, tienen hasta el próximo jueves para adherirse al convenio presentado por la compañía, un recurso de última hora para salvar la liquidación y ganar tiempo.

Todo hace pensar que no se sumarán al acuerdo. Y así se lo han transmitido a Fernando Martín. La banca considera que el presidente de Martinsa debe renunciar a su empresa y dejar que las entidades tomen el bastón de mando. O bien, asumir que la inmobiliaria acabará liquidada. «La empresa ya es nuestra. El problema es que él (por Fernando Martín) no quiere dejar de ser el propietario y dejar pasar a los bancos, así que lo que queda es la liquidación», explican fuentes financieras.

La cuenta atrás

La modificación del convenio que presentó Martinsa sobre la bocina, cuando debía afrontar uno de los vencimientos acordados en el convenio con el que salió de la suspensión de pagos, propone quitas superiores al 50%, canje de una parte de la deuda por activos y conversión de otra parte en créditos participativos. Debe ser apoyada por un 75% del pasivo.

La modificación no fue pactada y no contará con el apoyo de los acreedores. Entre los principales está Abanca, que reclama 422 millones; Banco Popular, con 570 millones; Caixabank, que reclama a la inmobiliaria 890 millones; y Sareb, con 1.400 millones en deudas.

La última propuesta de la inmobiliaria dejaría a los acreedores un control del 70% de la compañía, mientras que Fernando Martín controlaría el 30%. La quita sobre la deuda rondaría el 65%. La banca rechazó la propuesta porque duda de la viabilidad de la compañía, al menos, sin que antes fuera necesario inyectar grandes cantidades de dinero. 

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