Megasa: nueve meses de huelgas y 70 trabajadores menos en Zaragoza

Los trabajadores de Megasa acumulan nueve meses de protesta por el recorte salarial aplicado por los Freire tras comprar la planta de Arcelor

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¿Puede resistir una empresa nueve meses de conflicto laboral? Megasa está poniendo a prueba la resistencia de la fábrica que adquirió en 2016 a ArcelorMittal por 80 millones y de la plantilla de Zaragoza, movilizada desde enero de este año. Los trabajadores protestan por el recorte en los salarios y las ventajas sociales liquidadas cuando venció el acuerdo laboral que mantenían con el anterior dueño.

Las dificultades para lograr un acuerdo con la familia Freire, una de las grandes fortunas de Galicia si atendemos a las estimaciones de Forbes, provocaron la primera protesta, un paro de dos horas en cada turno. Desde ese mes, cuando la dirección de Megasa decidió pasar a la plantilla al convenio sectorial del metal, la misma medida se ha repetido en ciclos semanales, de manera intermitente, como medida de presión para que la empresa se sentara a negociar. Por el momento, las protestas que arrancaron en enero continuarán hasta el 2 de noviembre.

Los planes de los Freire: invertir y reestructurar la plantilla

La puesta a punto de la planta zaragozana, que según trasladó la compañía gallega a la plantilla está en pérdidas, tiene varias partes. Por un lado, los Freire han activado millonarias inversiones en la fábrica, que podrían alcanzar los 26 millones, con el objetivo de duplicar la producción. En la etapa de ArcelorMittal, la planta, compuesta por acería de horno eléctrico y dos trenes de laminación, producía en torno a 500.000 toneladas anuales de barras comerciales, pletinas y redondo corrugado enfocado a la cimentación en obra civil y al ensamblaje de grúas y torres.

Por otro, la reestructuración de la plantilla, más allá de la reducción de costes provocada por el vencimiento del anterior acuerdo laboral. Al contrario, Megasa está asumiendo el pago de indemnizaciones para dar salida a empleados veteranos, reemplazados parcialmente con incorporaciones sin antigüedad y ya sometidas al convenio sectorial. Según declararon los sindicatos a Heraldo, alrededor de 70 trabajadores ya no están en la empresa. La plantilla tiene unos 220 empleados.

Los recortes a los trabajadores

Los recortes aplicados desde enero, debido a la infructuosa negociación para acordar un nuevo marco laboral, se sitúan en torno al 20%, según los sindicatos, aunque se elevan más, prácticamente al 50%, en el caso de los trabajadores con antigüedad. Se han perdido beneficios sociales como la subvención para comedor.

El calendario laboral se ha precarizado. Los empleados –Megasa nunca hace declaraciones– denuncian 60 festivos trabajados sin cobrar, con tres fines de semana al mes no remunerados, a lo que se suma la pérdida del plus por turno y de la contribución a la pensión.

Tensión en la fábrica y en los juzgados

Este es el escenario enquistado durante nueve meses en los que el conflicto ha atravesado picos de tensión. En febrero dos maniquís ataviados con el uniforme de la siderúrgica aparecieron colgando de uno de los puentes del Tercer Cinturón, una de las rondas de circunvalación de Zaragoza. En la siderúrgica aparecieron pintadas llamando “fascista” a Eduardo Piñera, responsable de recursos humanos de Megasa y en aquel momento cabeza visible de la negociación.

Tan lejos estuvieron empresa y trabajadores que incluso cruzaron demandas en los tribunales. Los sindicatos llevaron al juzgado de lo social un conflicto colectivo e imposición del calendario por parte de la empresa. Megasa denunció al comité por huelga ilegal.

Pintadas contra el responsable de recursos humanos de Megasa en la planta de Zaragoza

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