Máximo riesgo para las emisiones de deuda de la concesionaria de la AP-9

La evaluación, a través de un semáforo de colores que impone el Ministerio de Economía y que acompaña la última emisión de obligaciones de Audasa, figura en rojo como peor nivel de peligro

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Las emisiones de deuda de Autopistas del Atlántico (Audasa) no son lo que parecían a simple vista. Al menos, a juicio del código de colores que avisa de sus peligros y que desde este mismo año acompaña obligatoriamente los folletos de comercialización de sus emisiones. El rojo, máxima calificación de riesgo, figura en el «semáforo» que se incorpora a los folletos de la emisión de obligaciones de mayo de la concesionaria de la AP-9. 

Audasa estrenó esa calificación roja en su emisión del pasado mes mayo, cuando emitió deuda por importe de 66,8 millones de euros con un cupón del 3,15% fijo anual. Lo hizo solo un mes después de haber registrado el folleto de la emisión en la CNMV, y una vez entró en vigor la nueva norma impulsada por el Ministerio de Economía que obliga a identificar por colores los riesgos de cada producto financiero. 

En color rojo

Hay seis clases de indicador de riesgo, que constan de seis colores, desde el verde oscuro al rojo intenso, que los colocadores de las emisiones deben identificar, como muestra la imagen adjunta, que corresponde con los folletos divulgados por Auriga Global Investor, uno de los comercializadores de la deuda de Audasa. 

Por lo general, en la escala de riesgo, la primera, de verde oscuro, corresponde a los productos de menor peligro como los depósitos bancarios o planes de previsión asegurados. A partir de ahí se asciende en riesgos hasta la sexta clase, de color rojo, que puede acompañar a acciones, bonos de renta fija corporativa o cédulas hipotecarias, entre otros productos. 

Sin calificación crediticia

Las emisiones de obligaciones de Audasa son títulos de renta fija sin calificación crediticia. Según la escala de valoración de riesgo de la CNMV, las últimas son de máximo riesgo, por lo que no pueden invertir en ellas los fondos de inversión de renta fija, pero paradójicamente sí lo pueden hacer los inversores minoristas cualificados. 

El folleto de la colocación registrado por Audasa en la CNMV detalla las características de la emisión, e incide en determinados factores de riesgo, como son un negocio concesional, dependiente del tráfico, en un sector al que la crisis golpeó de forma especial. A mayores, la elevada deuda de la concesionaria de la Autopista del Atlántico también condiciona su operativa en los mercados.  

Endeudamiento invariable

En los dos últimos años, la deuda de Audasa se ha situado por encima de los 1.000 millones de euros. En el sector se considera hasta cierto punto habitual que la compañía concesionaria emita obligaciones para hacer frente a los vencimientos de deuda que va teniendo, de ahí que no haya rebajado su endeudamiento en los dos últimos años. 

Como no tiene calificación crediticia, es decir, no está valorado por una agencia, Audasa incorpora un anexo de garantías, que corresponde a su matriz, ENA Infraestructuras, filial de Itínere. Después, con detalle, un informe de un experto independiente, que en este caso recae en Analistas Financieros Internacionales (AFI).  

No se trata de una calificación en sí misma, ya que simplemente es un informe encargado para evaluar si las condiciones de la emisión se adecúan a las del mercado. Según un nivel de calificación específico de AFI, como recoge el informe, la deuda de Audasa se sitúa entre los 35 y los 42 puntos, sobre un máximo de 100 puntos, atendiendo a la información histórica disponible hasta el año pasado.

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