Más de doscientos estibadores en huelga pondrán a prueba a López Veiga en Vigo

El presidente de la Autoridad Portuaria fia al acuerdo con el sector la mejora de la actividad en los muelles

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El hecho de salir de números rojos y cerrar el año con un beneficio de un millón de euros no es suficiente para maquillar la caída generalizada de tráficos que ha experimentado en 2016 el puerto de Vigo. Su presidente, Enrique López Veiga, atribuye buena parte de este descenso al problema de la estiba. De hecho, considera que un posible acuerdo con la Sociedad Anónima de Gestión de Estibadores Portuarios (Sagep) haría nuevamente de Vigo un puerto competitivo.

Sin embargo, antes de que eso suceda podría encontrarse con una huelga del personal portuario. De hecho, los sindicatos están a la espera de que el Gobierno apruebe el decreto para liberar la contratación de estibadores –el personal encargado de cargar y descargar la mercancía que entra y sale de los puertos por barco– para hacer oficial la convocatoria. El secretario nacional de CIG-Mar, Xabier Aboi, apunta que, «de momento», serán paros parciales los días 20, 22 y 24 de febrero, con horas alternas.

Retrasos generalizados

El puerto vigués, el mayor en tráfico de contenedores y vehículos en toda Galicia, cuenta con aproximadamente la mitad de los estibadores que trabajan en las dársenas gallegas, que superan el medio millar. De confirmarse la huelga, estos más de doscientos profesionales paralizarían la actividad portuaria de empresas como Citroën –que mueve miles de coches al día– o de Termavi, la consignataria que se ocupa del tráfico de contenedores.

Como explica Aboi, la huelga «se va a notar en la acumulación de retrasos, pero no es nada que no se pueda solucionar». «Es más una llamada de atención, porque un paro continuado paralizaría el país». De lo que se trata, aclara, es de frenar la «liquidación del sector» que propone el Gobierno y la consiguiente vuelta a «una selva como la de hace 200 años». También de presionar para que el Ejecutivo y la patronal –con la que había «mucho acercamiento»–, usen «la última puerta que queda abierta», que pasa por la negociación.
 
La patronal, con Fomento

Sin embargo, este mismo martes, la Asociación Nacional de Empresas Estibadoras y Consignatarias de Buques (Anesco) ha manifestado su «apoyo» a la reforma del sector que plantea el Ministerio de Fomento, después de reconocer que «no ha sido posible» alcanzar un acuerdo con los sindicatos de estibadores en la negociación mantenida en los últimos meses.

Los estibadores cuentan, no obstante, con el respaldo «sin fisuras» de la Federación de Trabajadores de los Puertos. Su coordinador general, Julio Jiménez, ha calificado de «atropello a los derechos de todos los trabajadores» la postura «autoritaria» del ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, al «imponer vía decreto» una reforma a la ley en lugar de que ésta «sea producto de la negociación entre las partes». 

Además, Jiménez considera que esta «reconversión unilateral» de la estiba, que persigue «la precarización del trabajo a través de ETT, sin registro», únicamente servirá para deteriorar la paz social y lastrar «la competitividad que tanto dicen desde el Gobierno que persiguen».

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